viernes, marzo 14, 2025
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Reportajes

Fantasías eróticas, un afrodisíaco mental

“Alimentar el deseo es fundamental para tener una sexualidad sana y activa, y uno de los principales ‘alimentos’ para ese deseo sexual (un impulso denominado libido en algunos ámbitos psicoanalíticos y médicos) son las fantasías eróticas”, según explica la psicóloga y sexóloga Lydia Parrilla. 

Parrilla, especialista de la web y aplicación (app) de citas Gleeden afirma que “las fantasías forman parte del material con el que una persona puede excitarse y hacen trabajar la mente hacia el deseo, por lo que resulta muy importante potenciarlas”.

Explica que estas imaginaciones de carácter sexual “tienen la función de hacernos experimentar placer o situaciones excitantes, comportamientos y experiencias, expresando creatividad”.

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Mujer acostada sobre pétalos de rosas rojas. (SHUTTERSTOCK, FACILITADA POR GLEEDEN)

Deseo activado

Algunas de las fantasías más habituales consisten en que “alguien nos mire mientras estamos con nuestra pareja; observemos a nuestra pareja acostándose con otra persona o la idea de que se introduzca una tercera persona en nuestra cama”, enumera.

Además, “muchas fantasías están relacionadas con dinámicas sexuales, como por ejemplo taparle los ojos a nuestra pareja, atarle las manos o incluso darle un azote en el trasero”, añade.

Aclara que “no se trata de intentar cumplir o llegar a hacer realidad todas nuestras fantasías eróticas, sino que es recomendable tener algunas de estas imágenes mentales o representaciones imaginarias, como algo idílico o ideal”.

“Estas fantasías sexuales pendientes de realizar son una manera de activar el deseo, al cual están muy unidas, y pueden salirse de la norma o los convencionalismos, ya que tienen lugar en la mente de una persona y no en la vida real”, apunta Parrilla, que dirige el centro psicológico Dupla especializado en terapia sexual y de pareja.

Según una encuesta efectuada entre 10,826 usuarias y usuarios de Gleeden, plataforma que utilizan más de 12 millones de usuarios distribuidos en Europa, América Latina y Asia, “un 63% de las personas afirma tener o haber tenido algún tipo de fantasía sexual, mientras que un 13% de las encuestas señala que no ha tenido nunca ninguna fantasía de estas características”.

“Un 67% de las personas que han fantaseado alguna vez, afirma que han cumplido solo alguna de sus fantasías, en tanto que un 9% de los encuestados dice que las ha cumplido todas y el 21% de participantes considera que no ha cumplido todas sus fantasías porque no haber encontrado a la pareja idónea para ello”, según la encuesta de Gleeden.

A continuación, Parrilla explica EFE las razones por las cuales considera que cumplir, o intentar cumplir, todas nuestras fantasías eróticas no es una buena opción. 

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Formar un trío amoroso, una fantasía habitual. (PIXEL-SHOT/SHUTTERSTOCK, FACILITADA POR GLEEDEN)

Sexualidad cerebral

Esta especialista afirma que “la sexualidad es algo mental. Por eso hay que hacer trabajar la mente para estimular el deseo: es como si lo estuviéramos alimentándolo constantemente”. 

“Una de las maneras para alimentar el deseo consiste en tener fantasías activas en nuestra mente”, señala. 

De hecho, en la consulta psicológica y sexológica de Parrilla, se considera que las fantasías pueden ser una herramienta terapéutica para potenciar el erotismo, según puntualiza.

Parrilla explica que sin embargo “algunas personas sienten que algunas de sus fantasías pueden ser negativas o ‘estar mal’ porque transgreden los limites sociales convencionales o se salen un poco de la norma que esas personas se han autoimpuesto, pero es importante desmitificar y naturalizar esas ‘fantasías transgresoras’, porque solo están en la mente”.

“Las fantasías son eso, fantasías, que nos ayudan en nuestro imaginario a seguir desarrollando nuestra erótica”, recalca.

“Existen fantasías que no se pueden llevar a la práctica y quedan solo en la imaginación. No pueden considerarse perjudiciales, siempre y cuando se acepte que no se van a llevar a cabo”, añade.

“Dejar algunas fantasías en nuestra imaginación e incorporar otras nuevas, ampliando nuestro repertorio imaginario, resulta útil para activarnos sexualmente. Cuando hacemos realidad algo que fantaseamos perdemos un recurso que nos ayuda a potenciar nuestro deseo, porque esa fantasía deja de producir atracción y excitación”, concluye Parrilla.

“Esto no significa que debamos renunciar a cumplir algunas de éstas, aquellas con las que nos sintamos cómod@s, teniendo siempre en cuenta que lo que sucede en la vida real puede ser diferente a los que tenemos en nuestra cabeza”, reflexiona.

Según esta especialista “existen infinidad de fantasías, que varían dependiendo del contexto social y el país”.

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Antifaz y esposas eróticas, de colores rojo y negro. (FOTO FACILITADA POR GLEEDEN)

Repertorio fantasioso

Teniendo en cuenta a los casos que son más recurrentes en su consulta, Lydia Parrilla considera que dos de las fantasías más habituales son formar parte de un ‘trío’ (actividad sexual en las que participan tres personas) y acudir a un club ‘swinger’ (local donde los miembros de una misma pareja mantienen encuentros íntimos libremente consentidos con otras personas). 

Otra fantasía frecuente, según Parrilla, es la del ‘voyeurismo’ (disfrutar contemplando las relaciones sexuales ajenas), con la particularidad de que “un 45% de las personas no tendría problema en practicar sexo con otras personas mientras su pareja le observa, pero un 52% no aceptaría ver a su pareja haciendo el amor con otra persona”, según la encuesta efectuada entre los usuari@s de Gleeden.

Para ampliar nuestro propio repertorio personal de fantasías sexuales, Parrilla aconseja “crear historias sencillas de índole romántica o sensual, no demasiado elaboradas ni explicitas, ya que muchas veces imaginar una cara, una escena de intimidad, una caricia tierna o un abrazo fuerte pueden bastar para activarnos”.

Esta psicóloga y sexóloga también recomienda “desarrollar algunos detalles, que pueden llegar a ser muy importantes, y tener siempre presente que nuestras fantasías son totalmente sanas y beneficiosas para nuestro desarrollo sexual”.

Fuente: Diario Libre

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