En Haití, se considera "absolutamente vital" que la comunidad internacional tome medidas rápidas para evitar un genocidio en la isla, según el representante del país en el Consejo de Seguridad de la ONU. Más de 2,500 personas han sido víctimas de violencia este año, y la población haitiana sufre de hambre y desplazamientos internos debido a la extrema situación. La crisis humanitaria empeora, y se pide colaboración urgente para evitar una tragedia en Haití.
Las pandillas haitianas, agrupadas en "Viv Ansanm", controlan la mayoría de Puerto Príncipe y han aumentado sus ataques tras la renuncia del primer ministro. La falta de seguridad afecta a la población civil y dificulta la entrega de ayuda humanitaria, especialmente a niños en riesgo de malnutrición. A pesar de la aprobación de una misión internacional de apoyo para la seguridad en Haití, esta aún no se ha desplegado debido a la situación actual en el país.
La situación se agrava con la escasez de combustible, lo que afecta la operatividad de hospitales, comunicaciones y servicios básicos en todo el país. La comunidad internacional espera poder actuar pronto para evitar una catástrofe en Haití, donde la vida de miles de personas está en juego a causa de la violencia descontrolada y las condiciones precarias.
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