En una comunidad rural de Monte Plata se lleva a cabo un partido de la Liga Big Prospect (BPL), en un complejo subterráneo rodeado de bosques, cultivos agrícolas, vacas y aves. A pesar de la falta de cazatalentos, cada movimiento en el campo, desde los lanzamientos de los pitchers hasta los swings o jugadas entre bases, es registrado por cámaras de última generación para crear una base de datos que los 30 equipos de las Grandes Ligas siguen de cerca.
Los jóvenes de entre 13 y 15 años que participan en los programas Otro Nivel y Javier Rodríguez son monitoreados utilizando el sistema TrackMan, la misma tecnología utilizada en las Grandes Ligas para medir distintas variables relacionadas con el desempeño en el béisbol. La información recopilada por los radares es de gran valor para que los equipos puedan evaluar y tomar decisiones sobre posibles futuros peloteros de la MLB.
Actualmente, es fundamental para los equipos contar con métricas y datos concretos en lugar de basar sus decisiones en proyecciones o reputaciones. Los desarrolladores de talento, como Javier Rodríguez, han tenido que adaptarse a esta nueva realidad y utilizar tecnología avanzada para competir en igualdad de condiciones con otros programas de desarrollo.
Partidos como los de la BPL, dirigida por Osiris Reynoso y asociada con Plummer, se han vuelto atractivos para los desarrolladores de talento como una forma de exhibir a sus jugadores y acceder a nuevas oportunidades.
El uso del TrackMan en el béisbol ha revolucionado la forma en que se evalúan a los jugadores. Esta tecnología permite medir variables clave como la velocidad de rotación de un lanzamiento, conocida como spin rate, que influye en la capacidad de un bateador para conectar la pelota. Los datos recopilados durante un partido se almacenan en la nube para su posterior análisis.
El TrackMan utiliza tecnologías avanzadas para rastrear y medir diversas variables con el objetivo de predecir el éxito futuro de un jugador. Esta herramienta ha cambiado la forma en que los scouts evalúan a los jugadores, permitiéndoles tener una visión más objetiva y detallada de su desempeño en el campo.
Si bien el TrackMan ha traído beneficios significativos al proceso de evaluación de talento, no reemplaza la habilidad y la experiencia de los scouts para proyectar el potencial de un jugador en términos de crecimiento físico, habilidades atléticas y ajustes mecánicos. Es una herramienta complementaria que ha mejorado la forma en que se analiza y se toman decisiones en el mundo del béisbol.
Fuente: Diario Libre
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