jueves, diciembre 4, 2025
spot_img
spot_img

Editoriales

Nashla Bogaert y el caos contenido de Victoria en "Medias hermanas"

Medias Hermanas” es una comedia dominicana dirigida por Yoel Morales que combina humor, vulnerabilidad y reflexión sobre los vínculos familiares y las heridas que se heredan sin querer.

Para Nashla Bogaert interpretar al personaje de Victoria en este filme fue sumergirse en un torbellino emocional. La actriz describe a su personaje como “histérica, nerviosa y exagerada, pero con una humanidad que se asoma poco a poco”, una mujer que intenta mantener el control mientras su mundo interior se desmorona.

En conversación, Bogaert comparte con humor y autenticidad cómo junto a Ramcelis de Jesús, quien interpreta a la otra “media hermana” Yoli, construyó la tensión y la complicidad que dan vida a esta historia sobre reconciliación y segundas oportunidades.

¿Qué te atrajo de interpretar a una mujer tan controladora, perfeccionista y emocionalmente cerrada como Victoria? ¿Cómo te preparaste para su transformación

Victoria me sedujo porque es un caos contenido. Es histérica, nerviosa, impulsiva, cínica y exagerada, pero todo eso es solo la coraza que inventó para no derrumbarse. A mí me interesaba ir más allá del gesto. Mi preparación se centró en construir esa tensión interna, con roces de absurdo que ella misma no tolera.

Trabajé desde el cuerpo, cómo se mueve alguien que no confía, que quiere controlar todo y desde su memoria emocional cuando esa pared finalmente se derrumba. Victoria inicia cerrada y casi caricaturesca, pero chin a chin se asoma su humanidad. Esa transición fue lo más rico del proceso.

¿Cómo trabajaste con Ramcelis de Jesús para construir la dinámica explosiva y luego la hermandad creíble entre Victoria y Yoli?

Desde el primer ensayo, Ramcelis y yo nos permitimos jugar con la frescura de Yoli, así, desbordada, y la bola de nervios de Victoria. Sabíamos que el conflicto era el motor, pero la hermandad era el destino.

Así que construimos capas, silencios incómodos, ataques impulsivos, malentendidos y, por debajo de eso, la pregunta constante: ¿y si estas dos hermanas se sueltan un poco y se dejan querer? Ese contraste entre nosotras se volvió un regalo para la historia.

¿Cómo encontraste el balance entre la comedia y los momentos de vulnerabilidad?

La comedia está basada en ese choque de personalidades, ese choque de sazones entre Victoria y Yoli, pero también del dolor que ambas están evitando. Para mí, la clave fue no sacrificar la verdad por el chiste.

La risa funciona justamente porque todas hemos sido un poquito Victoria o un poquito Yoli, pero los momentos de vulnerabilidad se trataron con respeto y la verdad es que son lo que le dan alma a una historia como esta. 

Infografía

¿Hubo elementos personales en explorar el tema del legado familiar, las heridas no resueltas o la idea de heredar algo más que bienes materiales?

Totalmente. Creo que todos heredamos cosas que no vienen escritas en un papel como maneras de amar, silencios, carencias, expectativas y heridas que se ocultan. En mi caso, tocar ese mundo me llevó a reflexionar sobre lo que uno anda cargando sin darse cuenta.

Victoria hereda una casa de la que se quiere deshacer, pero también hereda una historia rota y para salvarse, tiene que decidir qué parte de ese legado se queda y cuál deja atrás. Es un viaje doloroso y liberador. Interpretarla me recordó que sanar no siempre se ve heroico, a veces solo se ve honesto.

¿Qué nuevos retos te planteó esta producción como actriz, viniendo de proyectos tan distintos como “La Gunguna” o “Código Paz”?

El mayor reto fue ir hacia el exceso, sin perder la verdad. Victoria está al límite en casi todo: gestos, tono, impulsos. La tarea que asumí junto a mi director Yoel Morales fue encontrar el corazón detrás de ese desastre.

Además, esta historia es un duelo íntimo entre dos mujeres completamente opuestas. Fue un ejercicio de equilibrio, de riesgo, y de confianza en el proceso de creación de Victoria.

La película habla de perdón, identidad y vínculos inesperados. ¿Qué esperas que el público dominicano y caribeño se lleve?

Habrá mucha risa, ¡mucha! Pero también un poco de espejo. Que entiendan que reconciliarse no siempre es épico; a veces es simplemente reconocer que a la otra persona también le dolió.

“Medias hermanas!” es ligera, atrevida y chispeante, pero debajo hay un mensaje precioso: nadie sana solo y a veces la familia que te salva es la que menos esperabas.

¿Si pudieras decirle una sola cosa a Victoria, después de acompañar todo su viaje emocional, qué le dirías?

Le diría: ¡Respira! ¡Suelta, mujer! ¡Déjate querer un poco!

¿Cómo fue trabajar con Ramcelis y Yoel Morales?

Con Ramcelis fue refrescante. Como viene de otras plataformas que utilizan la espontaneidad para expresarse, la vuelve muy presente y genuina. La energía es distinta y linda. Trabajar con Yoel fue un lujo.

Está en un momento creativo poderoso. Sabe exactamente lo que quiere, pero también sabe escuchar. Y eso, para un actor que quiere explorar, es oro. Yoel me dejó volar con Victoria. Me dio riendas sueltas y estoy tan agradecida por eso.

¿Nuevos proyectos? ¿Qué tienes en mente para el 2026?

Quiero proyectos que me saquen del molde, busco personajes que me incomoden y me empujen a lugares nuevos. También estoy desarrollando mi propio material, historias íntimas que quiero contar desde la producción. Ese es el tipo de retos que quiero para este 2026 y estoy con todo mi corazón puesto en ello.

Fuente: Diario Libre

Website |  + posts

Somos EL TESTIGO. Una forma diferente de saber lo que está pasando. Somos noticias, realidades, y todo lo que ocurre entre ambos.

Todo lo vemos, por eso vinimos aquí para contarlo.

RELACIONADAS