La paternidad es una de las experiencias más transformadoras en la vida de cualquier hombre.
Sin embargo, en culturas como la nuestra, el bienestar emocional de los padres suele ser ignorado, bajo la creencia errónea de que ser la figura de autoridad y protector del hogar significa no tener derecho a sentirse vulnerable o con miedo.
“La paternidad, aunque gratificante, puede ser una fuente considerable de estrés”, explica el psicólogo clínico Carlos Javier Mota, de @lotuscentrointegral, quien sostiene que existen diversos factores que contribuyen al deterioro de la salud mental paterna.
Entre los principales factores el profesional señala la presión cultural de ser el proveedor económico.
“El miedo a no poder sostener económicamente a la familia, junto con la precariedad laboral en muchos sectores, puede generar estrés crónico, ansiedad y agotamiento”, comenta. Esta presión, además, puede activar heridas emocionales antiguas relacionadas con la autoestima y el valor personal.
A esto se suma un cambio radical en la relación de pareja. “Es común observar un fenómeno conocido como ‘mamitis’, donde la atención de la madre se centra casi exclusivamente en el recién nacido, dejando al padre en un segundo plano”, dice.
Esto puede generar celos, resentimiento y una sensación de aislamiento en el padre. La conexión y la validación pueden verse comprometidas en este periodo, afectando la percepción del padre sobre su propio valor dentro de la nueva estructura familiar.
Por otro lado, el apoyo social para los hombres durante la transición a la paternidad suele ser escaso o inexistente.
“La sociedad tiende a centrarse en la díada madre-bebé, dejando al padre en un segundo plano, o asumiendo que ‘él puede solo’”, comenta. Esta falta de reconocimiento alimenta lo que Mota denomina el sufrimiento invisible del hombre.
También existen expectativas culturales sobre el "padre perfecto" y el "hombre duro" o "macho" que pueden ser abrumadoras, además de los efectos menos conocidos, como los cambios hormonales.
“Aunque menos estudiados que en las mujeres, los hombres también experimentan cambios hormonales durante la transición a la paternidad, como una disminución en los niveles de testosterona, que pueden influir en el estado de ánimo y los niveles de energía”, señala.

Señales de alerta
Es fundamental estar atentos a ciertos signos que podrían indicar que la salud mental de papá está en riesgo:
- Cambios de humor persistentes como irritabilidad, tristeza o apatía.
- Aislamiento social: evitar reuniones familiares, amistades o actividades que antes disfrutaba.
- Problemas de sueño: insomnio o exceso de sueño.
- Cambios drásticos en la alimentación.
- Consumo elevado de alcohol o drogas como vía de escape.
- Dolores físicos sin causa médica aparente: como cefaleas, malestares estomacales o fatiga crónica.
- Pensamientos de inutilidad o desesperanza, con sentimientos de culpa por “no estar a la altura”.
- Ideas de autolesión o daño a otros.
El mito del "padre fuerte"
Según Mota, uno de los mayores obstáculos para el bienestar emocional de los hombres es el prototipo del "padre fuerte", profundamente arraigado en la cultura dominicana. “Se espera que suprima sus emociones, resuelva sus problemas en silencio y evite mostrar vulnerabilidad a toda costa”, señala.
Este modelo no solo impide que los hombres pidan ayuda, sino que los lleva a reprimir sus emociones, a sentirse avergonzados de su sufrimiento y a vivir en un ciclo de aislamiento emocional.
“La falta de espacio para la vulnerabilidad lo encierra en un ciclo de aislamiento, impidiéndole acceder al apoyo que tanto necesita, lo que puede llevar a una crisis existencial silenciosa”, advierte el especialista.

Recomendaciones
Para romper con estos patrones y promover una paternidad más saludable y auténtica, Mota sugiere seguir las siguientes recomendaciones:
- Reconocer y validar las emociones: “Entender que la tristeza, el miedo o la ansiedad son respuestas normales a un cambio tan grande”, señala. La validación es clave para la aceptación personal.
- Comunicación honesta con la pareja: “Hablar honestamente con la pareja sobre los miedos, las preocupaciones y el cansancio”, sugiere. Esto fortalece el vínculo y fomenta la copaternidad activa.
- Buscar redes de apoyo: un grupo de padres o una comunidad donde compartir experiencias puede marcar una gran diferencia. “Un grupo de apoyo puede ser un espacio donde la vulnerabilidad es aceptada sin juicio”.
- Priorizar el autocuidado: dormir bien, alimentarse de forma equilibrada, hacer ejercicio y tomar pequeños espacios para el disfrute personal. “El autocuidado no es un lujo, sino una necesidad”, recuerda Mota.
- Establecer límites saludables: saber decir “no” y pedir ayuda cuando sea necesario.
- Considerar la psicoterapia: “Si las dificultades persisten o los síntomas son significativos, buscar la ayuda de un psicoterapeuta puede ser transformador”, asegura.
“La paternidad es un viaje, y como cualquier viaje, tiene sus desafíos. Desmantelar el mito del ‘padre fuerte’ arraigado en nuestra cultura y fomentar un entorno donde la vulnerabilidad sea aceptada son pasos cruciales para asegurar que los padres puedan disfrutar plenamente de esta etapa y prosperar en ella”, concluye Mota.
Seis consejos para fomentar la salud mental de los hijos
Fuente: Diario Libre
Somos EL TESTIGO. Una forma diferente de saber lo que está pasando. Somos noticias, realidades, y todo lo que ocurre entre ambos.
Todo lo vemos, por eso vinimos aquí para contarlo.