La Gala de Ganadores del Concurso Internacional de Piano de Santander Paloma O’Shea se celebrará el miércoles 27 de agosto.
Este concierto, presentado en alianza con la Fundación Sinfonía, forma parte de la Temporada Sinfónica 2025 de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) y contará con la participación de los tres ganadores del prestigioso concurso, como ha sido tradición en Santo Domingo desde 1999.
Hoy nos vamos a concentrar en los ganadores y los conciertos que escucharemos, la interesante historia del concurso, que tuvo su última edición en 2022, la dejaremos para otro artículo.
La dirección musical de la noche estará a cargo de los maestros Santy Rodríguez, director asistente de la OSN, y su titular José Antonio Molina.
Tadokoro y Saint-Saëns

Se inicia la noche con el ganador de la medalla de bronce (tercer premio), que será dirigido por Santy Rodríguez, director asistente de la orquesta.
Marcel Tadokoro nació en Fukuoka (Japón) y comenzó a tocar el piano a los 8 años. Tras obtener un máster en el Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París, ingresó en la École Normale de Musique de París, donde actualmente estudia.
Tadokoro ha sido galardonado en varios concursos internacionales, además de Santander, incluyendo el Concurso Internacional de Piano Van Cliburn (2022). También fue finalista en el Concurso Internacional de Montreal (2021).
Tadokoro interpretará de Camille Saint-Saëns (1835-1921) el Concierto No. 2 en sol menor, op. 22. Compuesto en 1868, Saint-Saëns terminó este exigente concierto en 17 días y se estrenó con el compositor al piano y Antón Rubinstein en el pódium, el 13 de mayo de ese año en París.
Saint-Saëns puso el concierto francés en el mapa, en una época en que los alemanes dominaban el mundo musical. Mientras la mayoría de sus compatriotas concentraban sus esfuerzos en la ópera, él reinaba en las salas de conciertos, reinterpretando las formas clásicas, como sinfonías y sonatas.
Compuso, entre otras obras, cinco conciertos para piano. El segundo de estos conciertos es el más interpretado hoy en día, y es fácil de reconocer: presenta una lluvia de melodías memorables y posee una amplia gama de emociones, desde el sombrío movimiento inicial hasta el alegre final.
Inicia con un pasaje retórico interpretado por el solista. Recuerda mucho a un preludio para órgano de Bach, teniendo en cuenta que Saint-Saëns fue el organista más destacado de su época y una leyenda en la improvisación al teclado.
Lo verdaderamente notable de esta pieza, y solo podría ser obra de un compositor francés (amo la música francesa), es la armonía entre el drama, el ingenio, el encanto y la pasión. El pianista es el centro de atención, pero la escritura orquestal, de una atmósfera excepcional, no tiene nada de aburrida.
Zang y Chaikovski

El ganador de la medalla de plata, Xiaolu Zang, oriundo de Qinhuangdao, China, comenzó sus estudios de piano a los cuatro años y ofreció su primer recital a los diez.
Continuó su formación en la Escuela Secundaria del Conservatorio Central de Música de Pekín. Actualmente reside en Hannover, Alemania, y estudia en la Hochschule für Musik, Theater und Medien de Hannover.
Para Xiaolu Zang, "la música revela un universo infinito de la mente humana. Cuando hago música, me siento vivo".
Bajo la batuta del maestro José Antonio Molina, Xiaolu Zang nos ofrecerá el famoso Concierto No. 1 en Si bemol menor, Op. 23 del ruso P. I. Chaikovski (1840-1893).
El concierto para piano de Chaikovski es arrebatador en sus 3 movimientos. Posee uno de los inicios más célebres entre los conciertos de piano: un glorioso y arrollador tema, apasionado y noble, acompañado de grandiosos acordes del piano.
Esta impactante y memorable melodía no solo se presenta en la tonalidad "incorrecta", y que no se repite en el resto de la obra. La decisión de Chaikovski de no repetir la "gran melodía" resulta sorprendente, aunque tal desacato a la convención quizás forme parte del perdurable encanto y atractivo de la obra.
El segundo movimiento es una fusión innovadora de movimiento lento lírico y scherzo, mientras que el final es una imponente proeza.
A pesar de su popularidad, el concierto tuvo un comienzo difícil. Tan pronto como Chaikovski completó un primer borrador de la pieza a finales de 1874, se la presentó a Nicolai Rubinstein, un famoso pianista y director del Conservatorio de Moscú, para pedirle consejo sobre la composición para piano.
Rubinstein criticó duramente la obra. Afirmó que la escritura al piano era trillada y torpe, y que la música era trivial, vulgar y poco atractiva. Chaikovski quedó devastado, pero aun así la publicó.
Afortunadamente, otros pianistas quedaron encantados con el concierto. Un famoso director escribió a Chaikovski y le dijo: "Mereces la gratitud de todos los pianistas".
Izik-Dzurko y Rachmaninoff

Y llegamos a la Medalla de Oro, el pianista canadiense de 25 años Jaeden Izik-Dzurko, que ha sido reconocido por el público, crítica y compositores por su capacidad comunicativa, su refinado dominio técnico y su madurez artística.
Ha ganado varios concursos internacionales y también se convirtió en el primer canadiense galardonado con el Gran Premio en una edición instrumental del Concurso Musical Internacional de Montreal en mayo de 2024. Actualmente estudia en la Hochschule für Musik Detmold y en la Accademia Nazionale di Santa Cecilia.
Con él y el Maestro Molina escucharemos, el Concierto para Piano No. 3 en re menor, Op. 30, del ruso Sergei Rachmaninoff (1873-1943), una obra famosa por su dificultad técnica y complejidad musical, considerado uno de los conciertos para piano más desafiantes del repertorio clásico.
Compuesto en 1909, consta de tres movimientos: Allegro ma non tanto, Intermezzo (Adagio) y Finale (Alla breve).
Se considera una de las obras cumbre de Rachmaninoff como compositor: fue estrenado en noviembre de 1909 con el compositor como solista, y luego con la Filarmónica de Nueva York bajo la dirección de Gustav Mahler.
Aunque su aceptación por parte de la crítica fue lenta, en tiempos actuales se considera el mejor concierto del compositor.
La obra comienza con una sucinta declaración temática que contiene una palpable sensación de anticipación.
La modesta apertura crece orgánicamente y desata una música de abrumadora potencia y energía. Rachmaninoff compuso dos versiones de la enorme cadencia del primer movimiento: la primera, colosal, y la segunda, una alternativa más ágil y fugaz.
El glorioso movimiento lento muestra a Rachmaninoff en su faceta armónica más audaz, mientras que el deslumbrante final culmina con una de sus melodías aparentemente interminables, que cabalga sobre la cresta de una ola larguísima antes de que la obra termine en un resplandor glorioso. La grabación del compositor es imprescindible.
Será una noche que despertará nuestros sentidos y sentimientos; son tres maravillosos conciertos románticos, una noche imperdible, que estoy segura disfrutaremos a plenitud y saldremos encantados.
Un oasis en medio del caos en que se ha convertido nuestra ciudad. Un aplauso para Sinfonía, la Orquesta Sinfónica Nacional, sus directores y los tres maravillosos ganadores de Santander.
Fuente: Diario Libre
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