Un fuerte terremoto de magnitud 6.6 sacudió el oeste de Japón, causando heridas leves a al menos siete personas. Además de las lesiones, se reportaron daños en viviendas, deslizamientos de tierra y tuberías rotas.
Los heridos, que tenían entre 20 y 90 años, principalmente sufrieron caídas. En la ciudad de Toon, prefectura de Ehime, una mujer de aproximadamente 60 años se rompió un dedo al caer por las escaleras. En Sukumo, en la prefectura de Kochi, hubo daños en viviendas, corte temporal de agua y problemas con tuberías y servicios públicos.
En Yusuhara, el acceso a cinco hogares se vio bloqueado por rocas y árboles caídos, pero no hubo heridos. Se espera que las carreteras sean despejadas pronto. Se está trabajando para reabrir carreteras obstruidas por deslizamientos y se continúa evaluando los daños.
Afortunadamente, las centrales nucleares en Ehime y Kagoshima no sufrieron daños importantes. No se detectaron anomalías en las plantas nucleares cercanas. A pesar de la intensidad del temblor, no se emitió alerta de tsunami.
Este terremoto, que tuvo lugar en la noche del miércoles, tuvo su epicentro en el canal de Bungo, al sur de Japón. A pesar de ser un evento sísmico importante, las estructuras en Japón están diseñadas para resistir terremotos.
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