Civiles con niños pequeños en brazos y arrastrando maletas pesadas huyeron el lunes de la ciudad de Pokrovsk, en el este de Ucrania, adonde el ejército ruso se aproxima rápidamente a pesar de una incursión ucraniana relámpago a la región rusa de Kursk.
Autoridades locales dijeron que las fuerzas rusas avanzaban con tanta rapidez que las familias estaban bajo órdenes de irse de la ciudad y de otros poblados y aldeas cercanos a partir del martes. Unas 53,000 personas aún viven en Pokrovsk, dijeron funcionarios, y algunas de ellas decidieron irse de inmediato.
Personas de todas las edades abordaban trenes y autobuses con las pertenencias que podían llevar. Algunas lloraban mientras aguardaban para partir. Soldados ayudaban a los ancianos con sus maletas, y voluntarios auxiliaban a personas discapacitadas. Algunos trabajadores ferroviarios portaban chalecos blindados.
Natalya Ivaniuk dijo que el ruido de las explosiones de los bombardeos rusos llenaba el aire cuando ella y sus hijas, de 7 y 9 años, huyeron de su vivienda en la localidad cercana de Myrnohrad, que se encuentra a menos de 10 kilómetros (6 millas) de la línea del frente.
“Fue terriblemente aterrador”, le dijo a The Associated Press. “A duras penas logramos salir”.
Pokrovsk es uno de los principales bastiones defensivos de Ucrania y un centro logístico clave en la región de Donetsk. Su captura pondría en riesgo las capacidades defensivas y las rutas de suministro de Ucrania y permitiría que Rusia se aproxime a su objetivo declarado de tomar toda la región de Donetsk.
Uno de los intentos de Kiev para reducir la presión sobre su frente oriental fue la inesperada incursión del 6 de agosto a la región rusa de Kursk, que entre otros objetivos pretendía desconcertar al Kremlin y obligarlo a dividir sus recursos militares.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dijo el domingo que la incursión tiene como fin crear una zona de seguridad que pudiese prevenir más ataques por parte de Moscú a través de la frontera, especialmente con artillería de largo alcance, misiles y bombas planeadoras.
En un comunicado difundido en redes sociales, Zelenskyy dijo el lunes por la noche que Ucrania controla actualmente 1,250 kilómetros cuadrados (unas 480 millas cuadradas) y 92 asentamientos dentro de la región de Kursk.
“El área fronteriza rusa ubicada frente a nuestra región de Sumy ha sido despejada en su mayor parte de la presencia militar rusa”, señaló. “Ahora, el éxito real de nuestros guerreros habla por sí solo. Nuestras acciones defensivas a través de la frontera, así como la incapacidad de Putin para defender su territorio, son reveladoras. Nuestra defensa proactiva es el contraataque más eficaz al terrorismo ruso, causando dificultades significativas para el agresor”.
El implacable avance de Rusia durante seis meses a través de la región ucraniana de Donetsk, tras la captura de la ciudad de Avdiivka, ha tenido un alto costo en efectivos y vehículos blindados. Sin embargo, la embestida ha dado dividendos gradualmente, ya que los defensores ucranianos no tienen otra opción salvo retroceder de posiciones destrozadas por la artillería, misiles y bombas rusos.
“Hay mucha destrucción a nuestro alrededor, por lo que se vuelve más y más atemorizante el quedarse”, dijo Tetiana Myronenko, de 57 años, que llegó desde la localidad de Selydove, a sólo 5 kilómetros (3 millas) de la línea del frente.
Estaba sentada junto a su esposo en el vagón de un tren que aguardaba para salir de Pokrovsk. Se dirigía a Leópolis, a cientos de kilómetros de distancia, en el oeste de Ucrania.
Rusia quiere controlar todo el Donetsk y la vecina Luhansk, que en conjunto forman la región industrial del Donbás.
Fuente: Diario Libre
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