 el domingo a las 8 de la mañana, superando el cauce que registró en las inundaciones de 1941, de 4.76 metros.“Repito e insisto: La devastación a la cual hemos sido sujetos no tiene precedente”, afirmó el gobernador estatal Eduardo Leite el domingo en la mañana. Previamente había dicho que el estado “necesitará algo parecido al Plan Marshall para la reconstrucción”.El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue por segunda vez el domingo a Rio Grande do Sul, acompañado del ministro de Defensa José Múcio, el ministro de Hacienda Fernando Haddad y la ministra del Medio Ambiente Marina Silva, entre otros.El líder brasileño inspeccionó los daños en las calles anegadas de Porto Alegre desde un helicóptero.“Tenemos que dejar de correr detrás de los desastres. Tenemos que anticipar qué calamidades pueden ocurrir y tenemos que trabajar”, dijo Lula a periodistas después.En el Vaticano, el papa Francisco dijo que oraba por los habitantes del estado. “Que el Señor acoja a los muertos y dé consuelo a sus familias, y a las que tuvieron que abandonar sus hogares”, declaró el pontífice. RELACIONADAS Resto del mundo Aumentan a 57 las muertes por las inundaciones en el sur de Brasil El aguacero empezó el lunes y se prevé que durará hasta la noche del domingo. En algunas áreas, como valles, laderas de montañas y ciudades, cayeron más de 300 milímetros (11.8 pulgadas) de lluvia en menos de una semana, dijo el jueves el Instituto Nacional de Meteorología de Brasil, conocido como INMET.Son las cuartas lluvias torrenciales en un año: ocurrieron lluvias parecidas en julio, septiembre y noviembre del 2023 que en total mataron a 75 personas.El clima en Sudamérica se ve afectado por el fenómeno climático de El Niño, un evento natural periódico que calienta las aguas de la región Pacífica Ecuatorial. En Brasil, El Niño históricamente ha causado sequías en el norte y fuertes lluvias en el sur.Este año, el impacto de El Niño ha sido particularmente dramático, con una sequía histórica en el Amazonas. Los científicos dicen que las condiciones climáticas extremas están ocurriendo con más frecuencia debido al cambio climático provocado por los seres humanos.){kind=link}
En el estado brasileño de Rio Grande do Sul, setenta y cinco personas han perdido la vida y 103 continúan desaparecidas debido a graves inundaciones en los últimos siete días, según informaron las autoridades el domingo.
Por lo menos 155 personas han resultado heridas y más de 88,000 han tenido que ser evacuadas de sus hogares debido a las intensas lluvias. Alrededor de 16,000 personas se han refugiado en escuelas, gimnasios y otros refugios temporales.
Las inundaciones han causado una gran devastación, afectando caminos, puentes y provocando cortes de electricidad y comunicaciones en todo el estado. Más de 800,000 personas se encuentran sin agua, según la defensa civil, que ha citado datos de la compañía Corsan.
Un equipo de rescate evacuó a un anciano gravemente enfermo en helicóptero en una zona remota de Bento Gonçalves, según un video de los bomberos militares. En Canoas, los habitantes formaron una cadena humana para rescatar a personas con agua hasta la cintura, como se vio en un video compartido por la red noticiosa local UOL.
El río Guaiba alcanzó un récord de 5.33 metros el domingo a las 8 de la mañana, superando la marca de inundaciones de 1941 de 4.76 metros.
El gobernador Eduardo Leite declaró que la devastación es sin precedentes, mencionando la necesidad de un Plan Marshall para la reconstrucción del estado.
El presidente Lula da Silva visitó Rio Grande do Sul por segunda vez, evaluando los daños en helicóptero junto a otros funcionarios. Posteriormente, expresó la importancia de prevenir desastres y anticipar calamidades.
En el Vaticano, el papa Francisco ofreció sus oraciones por las víctimas de las inundaciones en Brasil, pidiendo consuelo para los fallecidos y afectados.
Las intensas lluvias han causado estragos en Rio Grande do Sul, con más de 300 milímetros de precipitación en menos de una semana en algunas zonas. Estos eventos son los cuartos episodios de lluvias torrenciales en el último año, con anteriores sucesos en julio, septiembre y noviembre del 2023 que dejaron un saldo de 75 fallecidos.
El clima en Sudamérica se ve influenciado por el fenómeno climático de El Niño, que este año ha tenido un impacto particularmente dramático en Brasil, provocando sequías en el norte y fuertes lluvias en el sur. Los expertos atribuyen estas condiciones extremas al cambio climático inducido por la actividad humana.
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