viernes, junio 27, 2025
spot_img
spot_img

Editoriales

Los hijos del caos

Hay gente que no quiere que las cosas mejoren. No porque no sepan cómo, sino porque no les conviene. Su influencia, sus ingresos, su poder, todo nace y crece en el desorden. Son los hijos del caos: operadores, bocinas, traficantes de influencia, políticos reciclados. Si el país se ordena, ellos desaparecen.

En público, visten de civilistas, se llenan la boca hablando de democracia y desarrollo. Pero tras bastidores, negocian con el colapso. No les conviene que funcione la justicia, ni que las instituciones hagan su trabajo. Necesitan un Estado desorientado, burocrático, débil, donde las decisiones pasen más por lealtades que por leyes. Si el país prospera, ellos pierden control.

Por eso sabotean cada intento de reforma profunda. Ponen trabas, mueven fichas, infiltran equipos, se alían con lo peor del sistema para frenar cualquier cambio que amenace su zona de confort. Y mientras el ciudadano común lucha por sobrevivir entre apagones, inflación y precariedades, ellos se reparten los contratos, blindan sus cargos y aseguran su continuidad.

No se trata de ideologías, se trata de intereses. No importa el color del partido: hay una clase política que comparte la misma lógica del caos como herramienta. El país se convierte en su tablero de ajedrez, donde cada crisis es una jugada pensada.

Pero ningún país puede avanzar con estructuras hechas para no funcionar. Y ningún pueblo se libera si no identifica a los que convierten el desorden en poder. Hay que quitarles el terreno sucio donde han sabido dominar. Porque mientras ellos vivan del caos, nosotros viviremos en él.

Website |  + posts

Somos EL TESTIGO. Una forma diferente de saber lo que está pasando. Somos noticias, realidades, y todo lo que ocurre entre ambos.

Todo lo vemos, por eso vinimos aquí para contarlo.

RELACIONADAS