sábado, julio 12, 2025
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Editoriales

La importancia de decir "no" a tus hijos

En una época en la que muchos padres buscan criar con respeto y empatía, decirles “no” a los hijos puede parecer una práctica negativa. Sin embargo, es todo lo contrario: lejos de ser perjudicial, contribuye a su sano desarrollo.

Así lo explica Paola Rodríguez, psicóloga infanto-juvenil de @mentalmenterd, quien sostiene que, en el caso de los niños, aprender a respetar reglas les enseña desde pequeños que existen límites, los cuales les ayudan a comprender el funcionamiento del mundo que los rodea y les proporcionan una base sólida de seguridad y estructura.

Los límites bien establecidos permiten que los niños se sientan más seguros, ya que les brindan una sensación de orden y control sobre su entorno.

Además, decirles que no en momentos apropiados fomenta la tolerancia a la frustración, enseñándoles que no siempre podrán obtener lo que desean de inmediato y que las rabietas no son un medio efectivo para lograrlo. Este aprendizaje es crucial para su bienestar emocional presente y futuro.

Rodríguez añade que esta práctica también favorece el autocontrol y el respeto hacia los demás. Los niños aprenden a manejar sus impulsos, a postergar gratificaciones y a valorar más lo que tienen. “Cuando no reciben todo lo que piden, comienzan a apreciar más lo que obtienen y lo que otros hacen por ellos”, dice.

Cuándo es necesario decir “no”

Existen momentos en la crianza en los que establecer límites es fundamental para proteger el bienestar de los hijos y guiarlos en su desarrollo. La psicóloga cita los siguientes casos:

  • Si está en peligro su vida o su integridad emocional.
  • Si intenta manipular con berrinches o chantajes emocionales.
  • Si ignora o desafía deliberadamente al adulto.
  • Si pretende obtener privilegios sin haber cumplido responsabilidades.
Infografía

"Decir 'no' con amor es enseñarle a tu hijo a cuidarse en un mundo que no siempre dirá que sí" Paola Rodríguez Psicóloga infanto-juvenil

Errores al establecer límites

“Como psicóloga infantojuvenil, suelo ver en consulta a padres confundidos, agotados o culpables por haber dicho ‘no’ o por no saber cómo hacerlo”, comenta Rodríguez, quien comparte algunos de los errores más comunes que observa en su ejercicio profesional:

  • Ceder ante la insistencia. Si dices que no y luego accedes, el niño aprende que basta con insistir lo suficiente.
  • Falta de claridad. Usar frases ambiguas en lugar de comunicar claramente lo que se espera.
  • No aplicar consecuencias naturales. Si no entienden que sus actos tienen consecuencias, no aprenderán a autorregularse.
  • Razonar en medio de una rabieta. En plena crisis emocional, los niños no están en condiciones de entender explicaciones racionales.
  • Ausencia de rutinas. Las rutinas reducen la ansiedad y previenen conflictos innecesarios.
Infografía

Cómo decir que no con firmeza y empatía

Estas estrategias pueden ayudar a establecer límites de forma respetuosa y efectiva:

  • Mantener la calma y ser firmes, sin violencia física ni verbal. Ser firmes no significa gritar ni imponer reglas imposibles de cumplir.
  • Validar sus emociones incluso antes de decir "no", con frases como: “Sé que querías continuar” o “Sé que querías ese objeto, pero ahora no es posible”.
  • Ser claro y específico: decir exactamente lo que se espera de él o lo que específicamente no puede hacer, para evitar malentendidos.
  • Anticipar y preparar: avisar con tiempo los cambios o transiciones ayuda a evitar reacciones negativas.
  • Evitar decir "no" todo el tiempo, utilizando sinónimos o redirecciones.
  • Ofrecer opciones dentro del límite, permitiendo una negociación consciente sin perder el control de la situación.
  • Dar participación en la creación de reglas de convivencia.
  • Explicar las razones del "no", evitando frases como: “Porque yo lo digo y ya”.
  • Ser coherente y constante con los límites y consecuencias. Evitar amenazar si no se va a cumplir.
  • Reconocer cuando ha seguido las normas o no, sin exagerar las celebraciones ni minimizar los logros.
  • Modelar autocontrol y respeto.

“La enseñanza de los límites y el autocontrol comienza por uno mismo. Si, como figura de autoridad, no sabemos reconocer cuándo no estamos regulados o cuándo faltamos el respeto, esperar que nuestros hijos hagan lo contrario sería incoherente”, finaliza Rodríguez.

Establecer límites con tus hijos, ¿cuál es la fórmula mágica

Fuente: Diario Libre

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