miércoles, septiembre 10, 2025
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Editoriales

¿Puede una startup mexicana de IA reconfigurar la creatividad? Esta es la historia de Seenapse

En un momento donde los grandes modelos de lenguaje (LLM) acaparan titulares y los prompts inundan las redes, parecería que ya todo está dicho sobre la inteligencia artificial y la creatividad. Pero la conversación cambia por completo cuando se escucha a alguien como Rafa Jiménez, fundador y CEO de Seenapse, una startup mexicana que ha estado explorando el uso de la IA para potenciar el pensamiento creativo mucho antes de que ChatGPT se volviera viral.

Seenapse no nació como un producto reactivo a la ola de IA generativa, sino como una respuesta artesanal a un problema crudo y cotidiano: la dificultad del proceso de ideación. “Queríamos ayudar a la gente a tener más y mejores ideas, más rápido”, dice Jiménez, quien ha vivido en carne propia las fricciones del trabajo creativo en dos de sus campos más activos: la tecnología y la publicidad.


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Seenapse funciona como un copiloto creativo especializado. No busca reemplazar al creativo ni servirle frases prefabricadas. En cambio, propone conexiones mentales inesperadas, a través de un dataset original hecho a mano (o más bien, a mente) a través de asociaciones subjetivas aportadas por humanos.

Antes de los LLMs: la IA como acompañante, no como autor

Lo que comenzó como un ejercicio casi lúdico de recolección de asociaciones mentales o una especie de brainstorming colectivo digitalizado, se ha ido transformando con la llegada de los modelos de lenguaje como GPT. Hoy, Seenapse combina ese dataset con LLMs para generar ideas que no solo sorprenden, sino que pueden ser formuladas y desarrolladas de forma práctica, sin caer en la obviedad algorítmica. Pero como toda herramienta que desafía paradigmas, Seenapse no ha tenido un camino sencillo.

Creatividad asistida: ¿trampa o superpoder?

Una de las barreras más persistentes es la percepción de que usar IA en procesos creativos es hacer trampa. Jiménez lo describe así: mientras que en el mundo del desarrollo de software copiar y pegar código es visto como eficiencia, en la industria creativa admitir que usaste IA puede ser casi tabú. “Tenemos esta imagen muy frágil de nosotros mismos como creativos”, reflexiona. “Muchos creen que su valor radica en ser especiales. Entonces, si una máquina te ayuda, sientes que perdiste esa magia”.

Seenapse ha tenido que navegar este terreno con un doble esfuerzo: por un lado, el diseño del producto obliga al usuario a estar presente, a dirigir la conversación, a moldear los resultados. Por otro, el discurso alrededor de la herramienta insiste en que el mérito sigue siendo del humano. Aun así, Jiménez admite que romper esa barrera de percepción sigue siendo el mayor reto de la empresa.

Incluso las agencias que usan Seenapse con éxito muchas veces prefieren no admitirlo públicamente. No por falta de resultados, sino por temor al juicio profesional. No es una cuestión de calidad, sino de orgullo.

Startups de IA en Latinoamérica: creatividad con doble frontera

Pero más allá de la batalla cultural, hay otra frontera más tangible: la geográfica. Las startups de IA en Latinoamérica no solo compiten por atención en un ecosistema saturado por gigantes del norte, sino que además lo hacen con menos recursos, menos infraestructura y menos capital de riesgo dispuesto a apostar por ideas radicales.

Seenapse, que construyó su primer dataset con gente que colaboró por gusto, representa una especie de resistencia creativa: una IA hecha a mano, sin funding millonario ni data scrapeada originalmente de la web. Un experimento que no solo propone una visión alternativa de la tecnología, sino que está diseñado para respetar y amplificar la subjetividad, no anularla.

¿El futuro? Algo entre lo obvio y lo absurdo

Seenapse no promete milagros, pero sí algo más interesante: caminos de pensamiento que no habrías encontrado solo. “Lo más valioso suele estar entre lo obvio y lo absurdo”, dice Rafa, y esa frase podría definir no solo el producto, sino el momento histórico en el que nos encontramos con respecto a la creatividad y la IA.

En un presente donde la producción creativa está siendo presionada por la velocidad, la eficiencia y la uniformidad algorítmica, Seenapse propone un giro inesperado: usar la IA no para cerrar caminos, sino para abrir senderos mentales nuevos.


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Seenapse no es una promesa de reemplazo. Es una provocación a colaborar con la IA como un engrane del proceso creativo sin convertirse en el protagonista que parecería ser hoy.

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