En Estados Unidos, una persona ha sido diagnosticada con gripe aviar después de haber sido contagiada por una vaca lechera, según informaron las autoridades de Texas. A pesar de esto, se ha mencionado que el riesgo de transmisión a los seres humanos sigue siendo bajo.
La persona afectada presentó enrojecimiento en los ojos, que es un síntoma compatible con conjuntivitis, como único síntoma y se encuentra en fase de recuperación. Ha sido aislada y está recibiendo tratamiento con un medicamento antiviral, informó el Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas.
El caso se identificó en una persona que tuvo contacto directo con ganado lechero infectado con la gripe aviar. Se cree que esta situación está relacionada con la detección reciente de la enfermedad en granjas lecheras de Texas y Kansas, anunciadas la semana pasada.
La Influenza Aviar de alta patogenicidad se habría transmitido a las vacas a través de aves silvestres, algunas de las cuales fueron encontradas muertas cerca de una granja texana en ese momento.
Tanto autoridades estatales como federales están trabajando para investigar los casos humanos y animales, así como para comprender cómo se propaga el virus con el fin de proteger a las personas que trabajan con el ganado. Se recalca que el riesgo para el público en general continúa siendo bajo.
Este es el segundo caso humano de Influenza Aviar en Estados Unidos y el primero vinculado a la exposición al ganado. Anteriormente, en 2022, se había reportado un caso en Colorado de una persona que estuvo en contacto directo con aves de corral.
La gripe aviar es una enfermedad causada por un virus que afecta principalmente a las aves, pudiendo transmitirse a aves domésticas y a otros animales. Aunque ocasionalmente puede infectar a humanos, la transmisión de persona a persona es extremadamente rara, según indicaron las autoridades texanas.
La propagación del virus entre seres humanos no ha aumentado según las pruebas iniciales, y las enfermedades asociadas a este virus pueden variar desde leves hasta graves, como neumonía y fallecimiento, explicó la institución.
El contagio no representa un riesgo significativo para la industria láctea de Texas, ya que las granjas toman medidas para aislar a los animales infectados y mantener la calidad de la leche que entra en la cadena alimentaria a través de procesos de desinfección como la pasteurización que desactiva el virus.
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