Desde los primeros días que siguieron a la toma de posesión del segundo mandato seguido de Luis Abinader, en el ambiente político dominicano hemos estado observado una pequeña guerra de palabras entre éste y Leonel Fernández, lo que se reflejó en la negativa de Fernández a reunirse con el reelecto presidente cuando éste le hizo la invitación.
Ante la firme posición de Leonel y su partido Fuerza del Pueblo de rechazo al proyecto de reforma constitucional en que está empeñado el gobierno, por razones ya explicadas, Abinader ha reaccionado con duras críticas y acusaciones contra el exmandatario, vertidas en una de sus últimas comparecencias ante la prensa en el Palacio Nacional, expresando entre otras cosas lo siguiente:
“Es normal que la oposición tenga posiciones, y yo les pregunto: ¿en qué él ha estado de acuerdo con el Gobierno? Hay que entender que tenemos posiciones y visiones muy diferentes, no solo sobre República Dominicana; sino sobre el mundo”. De la pandemia del Covid 19, Abinader dijo que Leonel no estuvo de acuerdo con la forma en que se manejó su gobierno, incluyendo la aplicación de la segunda vacuna. Con respecto a las elecciones en Venezuela el 28 de julio pasado, afirmó que “Él ha criticado nuestra posición sobre Venezuela, él apoya el régimen, nosotros pensamos que debe haber democracia”.
En respuesta a esos ataques el presidente de FP sostuvo que el actual gobernante “ha incurrido en una falta a la verdad”, tanto en lo referente a la pandemia como en el caso de la crisis post electoral en Venezuela. Sobre lo primero dijo que: “Procedí a vacunarme en las dos ocasiones en que hubo disponibilidad para ello”, explicando que a lo que se opuso fue a la tercera dosis, acorde con el criterio compartido de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, en el sentido de que para entonces científicamente no se estaba seguro de si después de las dos primeras dosis había que aplicarse una o dos más.
Con relación a la crisis venezolana, Leonel dijo que no es cierto que haya criticado la postura asumida por el presidente Abinader, y en lo que a él se refiere, explicó que participó junto a otros exgobernantes en calidad de observador internacional, reuniéndose con los principales candidatos presidenciales, manteniendo siempre “una posición de imparcialidad, tal como lo habíamos hecho en otras ocasiones en otros países latinoamericanos”.
En torno a la reforma constitucional, acorde con el criterio general de que nuestra Carta Magna es un “pacto social”, creemos que cada vez que ella tenga que ser modificada debe hacerse con el mayor consenso posible, con la participación de los sectores más representativos de la sociedad, sin importar que el partido en el poder tenga o no mayoría congresual.
En este caso en que el oficialismo tiene mayoría absoluta en ambas cámaras puede reformar todo lo que quiera sin necesidad del apoyo de la oposición y la sociedad civil; pero eso no sería un acuerdo de la sociedad, sino una imposición, lo que en vez de disminuir la tirantez entre gobierno y oposición, y en particular entre los dos principales líderes del país, le pondría más tensión en detrimento de la gobernabilidad, elemento clave para lograrse el mayor éxito posible en cualquier gestión de gobierno.