En abril de 1994 comenzó el genocidio en Ruanda, que ahora cumple 30 años. Más de 800,000 tutsis y opositores al gobierno fueron asesinados en pocos meses por orden de altos cargos del gobierno y el ejército ruandés, con ayuda de milicianos y civiles hutus. RFI entrevistó a Silvia Perazzo, experta en África contemporánea y autora de Colonización y descolonización en Ruanda.
RFI: Tras el genocidio, se estableció un Tribunal Penal Internacional para Ruanda. 30 años después, ¿qué logró la justicia internacional?
Silvia Perazzo: El tribunal residual ahora busca a los responsables que aún no han sido juzgados. Fue el primer intento de juzgar crímenes de lesa humanidad a nivel internacional y muchos responsables siguen libres.
RFI: ¿Quiénes siguen fuera de la justicia?
Silvia Perazzo: Muchos responsables huyeron a Europa, especialmente la plana media de la administración. A pesar de diferentes mecanismos judiciales, aún quedan culpables por encontrar.
RFI: ¿Francia está protegiendo a algunos fugados?
Silvia Perazzo: Es probable que ciertos niveles de la administración francesa hayan permitido la fuga. Macron reconoce errores de Francia en el genocidio, y la justicia francesa está tomando responsabilidad al procesar a algunos individuos.
RFI: ¿Por qué se acusa a Francia por su actuación hace 30 años?
Silvia Perazzo: Se le acusa de financiar armas y facilitar masacres, de brindar un paraguas internacional para encubrir los crímenes y de obstaculizar acciones de ayuda durante el genocidio.
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