Celebrado en el hotel “La divina posada” y con un amplio panel, las tareas asignadas por el maestro del Interiorismo se desplegaron con el entusiasmo acostumbrado.
El júbilo se encarnó con antelación dentro de los estudios, como lo evidenciaron las ponencias.
Los intérpretes, quienes expusieron sus visiones con sus intrínsecas sensibilidades, desnudaron cada contenido, cada universo plasmado por José Bobadilla en sus creaciones literarias.

El itinerario abarcó la sesión vespertina del sábado 23 de agosto, que fue dedicada a la narrativa de José Bobadilla, y la sesión de la noche, que edificó el alma y pensamiento de los presentes ante la poesía de dicho autor.
Las ponencias
En su exposición sobre El libro de Roy, Bruno Rosario Candelier explicó que «la poesía, si es reflexiva, aborda el fluir de la conciencia en sus imágenes y conceptos, como esta creación de José Bobadilla en la que aborda el sentido de la vida, al tiempo que impacta en la sensibilidad y la conciencia, cauce de un creador que reflexiona y de un contemplativo que valora lo viviente».
Consignó que «José Bobadilla es un poeta dominicano con alta conciencia intelectual y fina sensibilidad estética»; que «nació en Santo Domingo en 1955, estudió letras en la UASD y ganó el Premio Nacional de Novela».
«Entre sus publicaciones figuran Abalorios, Los negocios del sueño, En el jardín de Onán, Los principios de la carne y Memoria del horror hermoso, obras que revelan su sólida formación académica, el uso ejemplar de la palabra y la hondura conceptual de su cosmovisión con el valor de la belleza y el sentido».
Agregó que es «descendiente de un ilustre abolengo de presidentes, mitrados, intelectuales, escritores y políticos», y «su valoración del arte y la cultura es de alto linaje espiritual y estético».

Por su parte, Anny Acosta subrayó que «Memoria del horror hermoso es una novela artesanal y mimética que combina una estructura variada, personajes de gran profundidad psicológica, deseos, bajas pasiones, un lenguaje de riqueza simbólica y una reflexión filosófica sobre la existencia».
Apreció que «su trama densa y su cuidada prosa convierten cada escena en una experiencia tangible y vívida para el lector».
«La estructura fragmentaria y el lenguaje sofisticado crean una experiencia narrativa cargada de violencia, erotismo, simbolismo y conciencia de un pasado que persiste como herida y como impulso de creación», destacó.
Y agregó que «en esta novela se puede inferir el elemento mimético» y que este «se manifiesta con claridad en las descripciones minuciosas», como en: «La noche deberá cumplir su papel protector para que los cirios ardan en su secreto altar […]» (Bobadilla, 2005, p. 34), defiendo este rasgo específico como «prosopopeya».
Juan Santos registró que en el poemario En la habitación oscura de la intimidad las “sombras y cadáveres” representan el duelo y la corporeidad». «En el poema “En la soledad del café”, Bobadilla escribe: “y paso a paso era como ir desnudando de sombras al cadáver”.
Esta imagen, de una intensidad brutal, combina dos procedimientos poéticos: la descomposición y la revelación». «Quitar sombras a un cadáver es exhumar la verdad última, el fondo desnudo de la existencia. Aquí se anuncia una poética del despojo, del tránsito entre la muerte simbólica y la iluminación», manifestó.
Expuso que «la sombra, tan importante para poetas como César Vallejo, funciona en Bobadilla como velo que se retira para confrontar la herida final». Indicó, además, que «lo circundante es un espejo para nuestro poeta cuando canta: “Los árboles gimen. / Los relámpagos se lamentan”.
Este fragmento condensa la visión animista y trágica del universo poético de Bobadilla, donde la naturaleza se humaniza para expresar el dolor cósmico».
La prosa de Bobadilla desde la visión del lector
En su espacio, Daniel Polanco destacó que «en Los negocios del sueño el discurso es lo medular, y también es un canto narrativo que estimula el inconsciente del lector». E inquirió: «¿Cómo ve el lector la prosa surrealista de José Bobadilla?».
«Imaginemos que uno se encuentra en una sala llena de enseres: televisión, mesa, sillas, sofá, cuadros, floreros, etc. Y, de repente, la sala entra en gravedad cero y los enseres empiezan a levitar; cada uno se mueve a un lugar incierto».
- «Entonces, el concepto que había de sala desaparece de nuestra mente. El cerebro empieza a imaginar que el conjunto de elementos flotantes debe formar un concepto espacial. Y es aquí donde cada lector genera su propio concepto espacial, ya sea que los enseres pueden ser parte de una terraza, tal vez un aposento, es decir, cualquier cosa que ambiente un espacio de un hogar, incluyendo uno astral. Pero el prístino concepto de “sala” solo aparece de manera alternativa; no es real», explicó este exégeta.
Finalmente, Víctor Escarramán reveló que Los negocios del sueño tiene «una estructura rizomática, más que lineal». «La historia está cargada de simbologías que se superponen en su tejido espeso como de pesadilla: con personajes oscuros, de ruinas sociales y pasiones estropeadas que gravitan alrededor de un pueblo ficticio».
Apuntó que «este universo alegórico, su lirismo junto a la crítica velada contra la actuación política negativa y la dimensión trágico-mística de sus personajes, construyen una obra que se resiste a una lectura superficial porque exige ser descifrada en diferentes planos, en cuyo núcleo argumental recrea una ceremonia: la fundación del pueblo de San Marcos»
Entre los asistentes estuvieron, entre otros, Luis Quezada (quien presentó un estudio a Las profecías de la razón, de José Bobadilla), Carmen Pérez Valerio, Julio Cabrera, Vianibel Valerio, Rita Díaz Blanco, William Acevedo Fernández, Evelyn Ramos Miranda.
José Bobadilla, al pasar los días, agradeció al maestro del Interiorismo: «Gracias por el magnífico encuentro de hace una semana. Luisito y yo somos amigos desde que nacimos; fue un reencuentro entrañable».
Fuente: Diario Libre
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