Los instrumentos financieros a través de plataformas digitales adquieren cada vez más la apariencia de un videojuego. Puedes desplazarte por el feed, pulsar un botón y ver fuegos artificiales en la pantalla. La realidad es que no se trata de Instagram o de cualquier otra red social, sino de un comercio financiero.
Las plataformas de inversión gamificadas, con interfaces atractivas y mecánicas inspiradas en los juegos, están revolucionando el acceso a los mercados, haciendo que la experiencia sea más atractiva e inmediata. Pero tras la facilidad de uso se esconde un riesgo real: la excesiva accesibilidad y la dinámica lúdica fomentan las decisiones impulsivas, convirtiendo la inversión en una apuesta digital. Y cuando el mercado cae, las pérdidas no son virtuales, sino reales.
¿Inversión o juego?
En los últimos años, las apps de trading (compraventa de activos) a menudo patrocinadas por influencers financieros, han visibilizado la inversión por medio de plataformas inspiradas en los videojuegos. La experiencia se compone de interfaces atractivas, notificaciones continuas y ranking de usuarios.
Sin embargo, detrás de esta aparente democratización se esconde un riesgo real: la gamificación fomenta las decisiones impulsivas, haciendo que el trading se parezca más a una apuesta que a una estrategia financiera meditada. La gamificación está ahora en toda la red, se aplica en plataformas de negociación, animaciones en programas de fidelización e incluso, en el mundo laboral. El mecanismo está claro: convertir una actividad compleja en un recurso inmediato y divertido.
Según una investigación de Marius Zoican, profesor de finanzas de la Universidad de Calgary, Italia, estas estrategias son especialmente eficaces con los nuevos inversionistas, que a menudo carecen de conocimientos financieros avanzados. El uso de colores brillantes, recompensas simbólicas y dinámicas competitivas fomenta un comportamiento hiperactivo, incitando a los usuarios a operar más a menudo, sin una evaluación clara del riesgo.
Zoican y su equipo realizaron un experimento para analizar cómo influye la gamificación en los traders primerizos. Los resultados confirman los temores: las plataformas gamificadas estimulan el instinto competitivo y la búsqueda de ganancias fáciles, convirtiendo el trading en una carrera por el beneficio instantáneo. El efecto es similar al de los casinos en línea, donde la implicación emocional conduce a apuestas imprudentes y pérdidas rápidas.
Una base endeble de conocimientos financieros
El empresario y economista con una larga trayectoria, Warren Buffett, ha señalado en repetidas ocasiones los peligros de la especulación desenfrenada, denunciando la obsesión por los valores de moda y la falta de atención a los fundamentos del mercado. La gamificación acelera esta tendencia, alimentando comportamientos miopes y reactivos en lugar de estratégicos.
"Aunque estas plataformas hacen que los mercados sean más accesibles, no proporcionan herramientas adecuadas para construir una base sólida de conocimientos financieros. El problema no es solo ético, sino también práctico: sin una educación financiera adecuada, los usuarios corren el riesgo de malgastar sus ahorros en unos pocos clics", explica Buffett. La plataforma Robinhood lanzaba un efecto visual festivo de confeti cada vez que la persona aumentaba su inversión, pero fue retirado debido a críticas que lo consideraban un recurso para fomentar el trading impulsivo entre los novatos.
¿La IA podría ser una solución?
Zoican subraya lo crucial que es mejorar la educación financiera antes de que los inversionistas jóvenes o inexpertos se aventuren en los mercados. En la actualidad, quienes no adquieren estas habilidades por vías académicas o profesionales se arriesgan a aprender de sus errores a un costo muy alto. Una opción para salvar la brecha podría ser el uso de inteligencia artificial: los sistemas basados en IA podrían personalizar el aprendizaje, adaptándose a los conocimientos y necesidades de cada especulador. Chatbots, simuladores de negociación interactivos y realistas o cursos accesibles, podrían proporcionar orientaciones concretas, reduciendo el riesgo de decisiones impulsivas.
Mientras las plataformas sigan maximizando el compromiso a través de mecanismos de juego, la línea que separa el trading de las apuestas seguirá siendo delgada. Invertir no es un pasatiempo ni un desafío contra un algoritmo; no hay puntos virtuales, sino dinero real, con consecuencias que pueden afectar al futuro financiero de quienes se guían por la emoción en lugar de por la racionalidad.
Artículo publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.
Somos EL TESTIGO. Una forma diferente de saber lo que está pasando. Somos noticias, realidades, y todo lo que ocurre entre ambos.
Todo lo vemos, por eso vinimos aquí para contarlo.