El paso indirecto del huracán Beryl por República Dominicana dejó su huella por la isla. En el sur, en la provincia de Barahona, el oleaje y el viento provocaron destrucción en distintas localidades.
Enriquillo fue una de las localidades que sufrieron el paso indirecto del huracán Beryl. Su costa, aún agitada y con oleaje, evidencia que un fenómeno poderoso ha pasado por el Caribe.
Narciso Segura, que tiene una vivienda en la costa, vio cómo el huracán se llevó por delante parte de sus paredes. El viento agujereó el tejado y el oleaje se llevó por delante algunas habitaciones, dejando las paredes al descubierto. Ahora, sus puertas dan a un precipicio. Desde arriba se puede ver el trozo de tierra que el mar le arrebató, como el mordisco de un gigante.
Siguiendo un oleaje revuelto, llegamos a un muelle ubicado en Enriquillo. Un muelle que tampoco el mar quiso perdonar. También se lo llevó por delante. El mar lo sacudió y se llevó algunas de sus partes, dejando tan solo una estructura que parece que lleva años abandonada. Sin embargo, el motivo es el huracán Beryl. Esta es la comparación en imágenes del antes y después.
A causa del viento, la agricultura también sufrió. Cientos de matas de plátanos se echaron a perder, arrancadas de sus raíces.
Otra de las localidades afectadas en esta provincia fue Los Patos. Ahora ya hay tranquilidad y algunas personas se bañan en la desembocadura del río con el mar. La orilla se llenó de basura, dificultando el paso del agua. Algunos árboles se partieron por la mitad a causa del fuerte viento. Allí, el huracán libró la misma batalla: viento y mar
Fuente: Diario Libre
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