Sábado a la mañana; justo la antesala de un mediodía caribeño, en un verano cada vez más caluroso y húmedo que al anterior. En estas condiciones, la práctica del deporte se hace cuesta arriba; imagínense competir a los niveles que exige el alto rendimiento. Ese fue el panorama que presentó la previa del partido que enfrentó a nuestra selección en el arranque de la Liga de Naciones. El rival, Bermuda, de recuerdos tristes para el futbolero nacional, que a pesar del tiempo, asumía este encuentro no tanto como una revancha, pero sí como una especie de reivindicación de aquella tarde en Santiago que nos despidió del objetivo de ir a la Copa Oro. El fútbol en el Caribe es como una especie de caja de sorpresas: una vez frente a ella no puedes dar las cosas por sentado porque al menor descuido aparece cualquier “islita” que te voltea el planteamiento, dominándote en el juego y llevándose también el resultado.
Después de lo ocurrido en los Juegos Olímpicos con la Sub-23, este nuevo trajinar de la absoluta es una especie de aterrizaje a la realidad; a terrenos de juego siempre complicados, donde muchas veces, se tiene que llegar por medio de trayectos agotadores a consecuencia de lo mal conectado que se encuentra el archipiélago que habitamos.
Ya sobre la cancha, las cosas arrancaron mal; al minuto diez de partido, Edarlyn recibía una roja directa que nos condicionaba a jugar el resto del encuentro en inferioridad numérica. Siete minutos más tarde, gol de ellos. Todo iba yendo de mal en peor. El empate de Dorny al treinta y cinco, tras un hermoso pase de Jean Carlos, fue el tanto que había que buscar antes de terminar el primer tiempo y se logró. A la vuelta del descanso, a los seis minutos de la reanudación, nos sorprendieron a la salida de un tiro de esquina, nuevamente debajo en el marcador. Así las cosas, era apelar a la actitud o nada; y apareció, y con ella los goles. Al sesenta y uno, zapatazo de Heinz justo al borde del área para el dos a dos, y al ochenta y cuatro, Dorny disputaba bien un balón con el defensor, ganada la posesión mete un pase rasante al área para la llegada de Ronaldo Vásquez ‘Chivita’ para consumar la remontada. Victoria importante, ante semejantes adversidades, obligaba a ser pragmáticos, discutir si se jugó bien o no, hagámoslo sí, pero mejor sumando de a tres, tal como lo consiguieron los muchachos.
Hoy a las once de la mañana nos toca Dominica, con el deseo de siempre de conseguir el triunfo porque si hay algo que históricamente le ha hecho falta a la selección, es precisamente eso, resultados.
Fuente: Diario Libre
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