La figura de Mario Vargas Llosa no solo ha dejado una huella imborrable en la literatura universal, sino que también ha acumulado, a lo largo de décadas de éxito y reconocimiento, un importante patrimonio que ahora deberá ser repartido entre sus herederos.
Salvo que su testamento indique lo contrario, sus tres hijos (Álvaro, Gonzalo y Morgana) serían los beneficiarios naturales de su legado.
A lo largo de su vida, el Nobel de Literatura no solo destacó por su talento narrativo y ensayístico, sino también por su proyección mediática, especialmente en los últimos años, cuando su vida personal fue objeto de intensa atención pública.
Esta combinación entre prestigio literario y presencia constante en la esfera social lo convirtió en uno de los escritores hispanohablantes más influyentes y mejor remunerados del mundo.
Propiedades repartidas entre continentes

La historia patrimonial del autor peruano está marcada por su divorcio de Patricia Llosa, con quien compartía un régimen económico de bienes gananciales.
Aunque en España se dio por concluido el proceso de divorcio en 2016, siempre se mencionó que quedaban trámites por cerrar en Perú, su país natal. Sin confirmación oficial de que estos se completaran, lo cierto es que ambos reorganizaron sus vidas y sus bienes.
Tras la separación, Vargas Llosa mantuvo bajo su posesión algunos de sus inmuebles más emblemáticos, como su elegante apartamento en Madrid, situado entre la Puerta del Sol y el monasterio de las Reales Descalzas.
Con casi 300 metros cuadrados, esta propiedad fue uno de sus principales lugares de residencia en sus últimos años en Europa. También fue propietario de un apartamento en Londres, que presuntamente vendió tras su divorcio, y otro en París, ciudad a la que siempre estuvo profundamente vinculado.
Por su parte, Patricia Llosa conservó residencias significativas en tres lugares claves para la familia: Nueva York, Lima y República Dominicana. Este último destino fue el preferido de la pareja durante años para sus vacaciones.
En Lima, además, Vargas Llosa pasó sus últimos días, acompañado por Patricia y sus hijos, en una muestra de reconciliación familiar y afectiva en sus momentos finales.
Un patrimonio más allá de viviendas

A nivel económico, Vargas Llosa contaba con ingresos muy sólidos provenientes de su obra literaria, derechos de autor, contratos editoriales y colaboraciones periodísticas.
Su colaboración regular con El País (cuyos artículos eran además distribuidos globalmente) le garantizaba una fuente estable de ingresos. A eso se sumaban honorarios importantes por conferencias, además de los adelantos editoriales por sus libros, traducidos y publicados en numerosos idiomas.
Solo el Premio Nobel le reportó un millón de euros, pero el conjunto de sus ingresos a lo largo de los años llevó a que se estimara su fortuna en más de 10 millones de euros.
Antes de su fallecimiento, Vargas Llosa también dejó en marcha mecanismos para proteger y organizar sus derechos de autor. En ese sentido, creó la sociedad Misti Copyright SL, administrada por su hijo Álvaro, con el propósito de gestionar su legado intelectual.
Se espera que la demanda por sus obras aumente significativamente, como suele suceder con autores de su talla tras su muerte.
Mario Vargas Llosa y República Dominicana: Una historia de amor tempestuoso
Fuente: Diario Libre
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