Thais Herrera es una persona con grandes aspiraciones, cuyos anhelos la llevaron a alcanzar la cima más alta del planeta, convirtiéndose en mayo pasado en la primera mujer dominicana en conquistar el Monte Everest.
Estos sueños la condujeron a una altitud de 8,849 metros, equivalente a casi tres veces la altura del Pico Duarte, la montaña más alta de la República Dominicana.
La deportista dominicana ha demostrado una vez más que todo es posible cuando se tiene determinación.
—Thais, ¿cómo fue la experiencia de ser la primera dominicana en escalar la montaña más alta del mundo, el Everest?
La escalada del Everest fue una experiencia única. Fue la primera vez que estuve fuera de mi hogar por tanto tiempo, cerca de dos meses. Tuve que alejarme de mi negocio, someterme a un riguroso proceso de aclimatación, ya que previamente había escalado hasta Aconcagua, de 6,962 metros. Esta vez fue completamente diferente, requería una preparación distinta y tuve que adquirir nuevas habilidades, como la escalada en hielo y atravesar el Khumbu Icefall con escaleras de aluminio. Fue un desafío distinto a todo lo que esperaba. El Everest se convirtió en una vivencia inigualable.
—¿Por qué decidiste asumir un reto como este, que implica una exposición física y mental tan intensa?
Escalar el Everest representa la realización de un sueño personal. Para mí, comenzó como una forma de superar la pérdida de mi esposo y evolucionó hasta convertirse en un proyecto aún más ambicioso: completar el Explorers Grand Slam, que implica escalar la cumbre más alta de cada continente y esquiar en los Polos. Aunque al inicio parecía lejano, he ido avanzando de manera constante. Escalar el Everest es la sexta montaña de este desafío y ser la primera dominicana en lograrlo es un honor y un privilegio.
—¿Sentiste miedo en algún momento, dada la peligrosidad de la montaña?
El Everest es una montaña peligrosa, donde un 2% de las personas que intentan escalarla pierden la vida, y un tercio de esas pérdidas son sherpas o guías del lugar. Es natural sentir miedo, ya que sirve como factor de alerta, pero existen formas de mitigar los riesgos, como la selección de la ruta, la preparación física, el contar con un guía personal y ser flexible en cuanto a las condiciones climáticas y de congestión de personas en la montaña.
—¿Por qué fue más complicada la descenso que el ascenso del Everest?
El descenso del Everest es más desafiante porque implica un día muy largo y agotador. Desde el campamento base hasta la cumbre, cada etapa requiere un gran esfuerzo físico y mental. El camino de vuelta implica desafíos como atravesar el glaciar del Khumbu, escalar paredes de hielo y resistir la falta de sueño y la extenuación física a altitudes extremas.
—¿Vale la pena el sacrificio realizado?
En mi caso, el sacrificio valió la pena al cumplir mi sueño de escalar el Everest de manera segura y exitosa. Sin embargo, cada persona debe evaluar si el esfuerzo y la dedicación requeridos merecen la pena conforme a sus propios objetivos y aspiraciones.
—¿Qué mensaje tienes para las mujeres que te admiran y ven en ti una referencia de logros y superación?
Creo firmemente en la capacidad de cada persona para alcanzar sus sueños y metas. Es fundamental tomar acción y dar los primeros pasos, independientemente de la edad. Cualquiera puede materializar sus anhelos. Personalmente, me inspiro en mi mamá, que comenzó a ir al gimnasio a una edad avanzada y sigue haciéndolo hasta hoy. Cada individuo tiene el potencial de perseguir sus aspiraciones, por más desafiantes que parezcan.
La nueva meta de Thais
Cuando uno pudiera esperar que luego de escalar el Monte Everest, Thais Herrera se tomara un descanso, nos sorprende con nuevas metas por cumplir, incluso para este mismo año. Su siguiente reto es escalar la montaña más alta de Oceanía, la pirámide de Carstens, en octubre, con la meta de completar las siete cumbres y el Explorers Grand Slam, incluyendo el Polo Norte si las condiciones lo permiten en abril de 2025.
Fuente: Diario Libre
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