domingo, septiembre 14, 2025
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Editoriales

Conoce los cuatro duelos de los que tan poco se habla

En ocasiones, nos enfocamos en el duelo en el aspecto de funerales, lágrimas públicas, palabras de consuelo o vestimenta carente de todo tipo de atractivo. Sin embargo, en muchas ocasiones, también se manifiesta en silencio, en los rincones del alma donde habitan pérdidas que la sociedad no sabe, o simplemente decide no ver.

En torno a este tema, la psicoterapeuta Shulamit Graber, especializada en procesos de duelo, a través de sus cuentas en redes sociales, ha identificado cuatro tipos de pérdidas profundamente humanas que suelen pasar desapercibidas, pero que pueden marcar la vida emocional de una persona con la misma intensidad que la muerte de un ser querido:

El duelo por alguien que aún vive

Una de las experiencias más desconcertantes es perder a alguien que sigue con vida. No necesariamente porque haya fallecido, sino porque la relación cambió.

Tal vez esa persona se distanció, cambió su forma de ser o simplemente ya no ocupa el mismo lugar en tu historia. "Duele cuando alguien se queda físicamente, pero emocionalmente ya no está", explica Graber. Es un duelo invisible, pero muy real, que requiere reconocimiento y proceso.

 El duelo por la vida que imaginaste

Infografía
Es un duelo invisible, pero muy real, que requiere reconocimiento y proceso. (FREEPIK)

Muchas veces, el dolor surge al enfrentarte a la vida que no fue. Los sueños, planes o expectativas que no se cumplieron se convierten en una fuente silenciosa de tristeza.

"Hay que despedirse de ese ‘yo’ que no llegaste a ser, de la carrera que no tuviste, del amor que no llegó, de la maternidad o paternidad que no ocurrió", señala Graber. Este duelo nos enfrenta a la brecha entre lo que deseábamos y lo que realmente sucedió.

El duelo con tus versiones pasadas

El crecimiento personal también implica pérdidas. Con cada etapa superada dejamos atrás partes de nosotros mismos. La juventud, la libertad antes de la maternidad, la persona que éramos antes de una crisis o una transformación profunda.

"Decir adiós a una versión de ti puede doler, aunque ese cambio sea positivo. Es una forma de duelo que pocas veces se nombra", añade Graber.

El duelo invisible

Existen pérdidas que la sociedad no valida: la muerte de una mascota, el extravío de un objeto simbólicamente importante, el cambio de casa o ciudad, la pérdida de la salud o incluso de rutinas que daban sentido al día a día.

"No por ser pequeñas ante los ojos del mundo, son menos importantes para quien las vive", afirma la psicoterapeuta. Estas pérdidas no legitimadas pueden generar sentimientos de culpa, confusión o aislamiento, precisamente porque no encuentran eco en el entorno.

Hablar de estos duelos es necesario. Validarlos, nombrarlos y darles un espacio en la conversación emocional permite sanar heridas que, aunque invisibles, son profundamente reales. “Todos merecemos duelo por lo que hemos perdido, aunque otros no lo entiendan”, concluye Shulamit Graber.

Fuente: Diario Libre

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