La presión social para que los hombres sean fuertes físicamente sigue causando problemas de autoestima y autoimagen en muchos jóvenes. Walter Riso, en su libro “Intimidades Masculinas”, destaca que la sociedad sigue valorando la fortaleza física como un requisito de masculinidad, lo que puede llevar a trastornos de imagen corporal en los hombres.
Esta presión lleva a muchos hombres a obsesionarse con el gimnasio y los anabólicos, buscando cumplir con el ideal de cuerpo musculoso que se les impone. Sin embargo, estas expectativas son en gran parte responsabilidad de la sociedad y las mujeres, que continúan valorando la fuerza física en los hombres a pesar de las repercusiones negativas que esto puede tener.
Es importante reconocer que las cualidades tradicionalmente asociadas a la masculinidad, como la valentía y la fortaleza, pueden ser perjudiciales en una relación de pareja basada en la intimidad y la vulnerabilidad. Para lograr una relación saludable, es necesario que los hombres aprendan a ser emocionalmente conscientes, tolerantes y comunicativos, en lugar de buscar cumplir con un ideal de masculinidad basado en la fortaleza física.
En definitiva, la verdadera fortaleza no reside en la apariencia física, sino en la capacidad de ser honesto, vulnerable y empático en las relaciones interpersonales.
Fuente: Diario Libre
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