jueves, marzo 13, 2025
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Reportajes

Proceso legal contra Daniel Sancho por adquirir un cuchillo y arrendar un kayak

El alquiler de un kayak para deshacerse en el mar de restos del cadáver y los cuchillos y la sierra que compró el día anterior fueron protagonistas de la segunda sesión del juicio contra Daniel Sancho en Tailandia por el supuesto asesinato de Edwin Arrieta.

El juicio, que se realiza a puerta cerrada en el tribunal de la isla de Samui, se centró en los testigos de la Fiscalía, que intentan demostrar que el español de 29 años planeó el asesinato de Arrieta para luego descuartizar su cuerpo y hacerlo desaparecer.

La jornada comenzó con el testimonio de dos cajeras de los establecimientos donde Daniel Sancho compró varios cuchillos y una sierra el 1 de agosto.

Estas declaraciones son consideradas "determinantes" por el abogado español que representa a la familia de Arrieta, Juan Gonzalo Ospina, mientras que el abogado del acusado, Aprichat Srinuel, las calificó de "circunstanciales".

Compra de cuchillos

A las 19:00 horas del 1 de agosto, Daniel Sancho llegó en motocicleta al supermercado Big C de Tong Sala, donde compró cuchillos, guantes de goma, bolsas de basura y productos de limpieza. Luego se dirigió a una ferretería donde adquirió una sierra y una tabla de cortar.

Para la Policía y la Fiscalía tailandesas, estas pruebas son fundamentales para demostrar que Sancho premeditó la muerte de Arrieta, alegando que estos utensilios fueron adquiridos para matar y descuartizar el cuerpo del cirujano colombiano.

La defensa de Sancho argumenta que los cuchillos eran para cocinar y que la sierra y la tabla de cortar fueron adquiridas para cortar cocos, no para desmembrar un cuerpo.

Alquiler de un kayak

El tercer testimonio del día fue el de la propietaria de una tienda de kayaks, que se centró en las horas posteriores a la muerte de Arrieta. Según la Policía, Sancho habría matado y descuartizado el cuerpo del cirujano colombiano.

Alrededor de las 23:00 horas, Sancho sacó partes del cuerpo de Arrieta de un refrigerador, las puso en una mochila y alquiló un kayak para deshacerse de los restos en el mar.

La defensa intentará demostrar que el alquiler del kayak fue un acto desesperado y no planeado, ya que Sancho no llevó ningún peso para hundir los restos en el océano.

La sesión concluyó con el testimonio de una camarera del hotel donde Sancho desayunó el 3 de agosto. El proceso continúa sin desvirtuar las conclusiones de la Fiscalía sobre el asesinato con premeditación.

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