Así como el cacao se ha consolidado como una fuente estratégica de divisas para Ecuador, este cultivo comienza a desempeñar un papel cada vez más relevante en la economía de la República Dominicana.
Pese a sus limitaciones de escala, el país caribeño consolida su reputación en los mercados globales como productor de cacao orgánico de alta calidad, en un contexto internacional marcado por escasez de oferta y precios históricamente altos.
Al cierre de mayo de 2025, el cacao dominicano se cotizaba a 9,791 dólares por tonelada métrica ™, lo cual representa un incremento del 9.1 % con respecto al inicio del mes, cuando rondaba los 8,973 dólares, según el Reporte mensual de commodities del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (Mepyd).
El documento, elaborado por la Dirección de Análisis Macroeconómico, bajo la coordinación de la economista Yaurimar Terán Hernández, precisa que el precio alcanzó un máximo de 10,974 dólares por tm el 19 de mayo, en medio de lo que definió como “cierta volatilidad” por factores climáticos y arancelarios.
Límites y valor en alza
Aunque la República Dominicana se posiciona en el noveno lugar mundial en producción de cacao -con 65,930 toneladas métricas en 2023-, su capacidad de crecimiento enfrenta una limitación estructural: la superficie cultivada es mucho menor que la de países como Ecuador, que produce más de 375,000 toneladas métricas y ha transformado el cacao en un pilar de su economía no minera.
Esa diferencia en escala limita el volumen de exportación dominicano, pero no su impacto.
De hecho, el cacao crudo orgánico ha comenzado a destacar entre los productos agrícolas más dinámicos del país.
En 2024, el cacao sumó 218.6 millones en divisas a la economía dominicana, representando un crecimiento del 63.7 % con relación a los exportado en el 2023, según cifras oficiales. Este repunte ocurre en un contexto en el que otros rubros tradicionales, como el banano orgánico, han perdido terreno.
Según la Dirección General de Aduanas, las exportaciones del producto a la Unión Europea pasaron de 128.7 millones de dólares en 2022 a 106.8 millones de dólares en 2024.
La caída de las exportaciones de banano provocó que la República Dominicana bajara del segundo al tercer puesto en el mercado europeo de productos orgánicos.
Lecciones de Ecuador
Mientras Ecuador ha logrado capitalizar la bonanza del cacao con exportaciones que superaron los 3,600 millones de dólares en 2024, Dominicana tiene por delante el desafío de expandir su frontera agrícola y elevar la productividad.
Agricultores ecuatorianos, como Cergio Lema, declararon a swissinfo.ch que pasaron de ganar 100 de dólares por quintal a 350 dólares, lo que les ha permitido invertir, ahorrar y ampliar sus tierras.
Este crecimiento fue impulsado, en parte, por el uso de la variedad CCN-51, resistente a plagas y altamente productiva, y por el respaldo institucional del gremio Anecacao, que estima 400,000 productores se han beneficiado del auge.
Son los millones de dólares generados por las exportaciones de cacao dominicano en 2024.
El cacao llegó incluso a superar en exportaciones al banano y a la minería, dos de los sectores más tradicionales del país sudamericano.
En comparación, los productores dominicanos -mayoritariamente pequeños y medianos agricultores- aún dependen de financiamiento limitado, falta de acceso tecnológico y restricciones en infraestructura, aunque cuentan con la ventaja de ofrecer un grano muy valorado por su origen orgánico y de aroma.
El precio del grano marca récords en el mercado internacional ante las sequías y plagas que afectan a Costa de Marfil y Ghana, los mayores productores mundiales.
Las perspectivas
El informe del Ministerio de Economía dominicano advierte que, aunque los precios actuales están influenciados por factores coyunturales -como la sequía en África Occidental, el endurecimiento arancelario en EE. UU. y los bajos inventarios-, el déficit estructural en la oferta mundial podría sostener el valor del cacao a mediano plazo.
En este escenario, el cacao tiene el potencial de convertirse en una de las principales fuentes de ingreso agrícola del país, si se acompaña de políticas que impulsen la inversión, innovación genética y expansión de tierras cultivadas, sin comprometer los estándares medioambientales los cuales hacen del cacao dominicano un producto codiciado en mercados exigentes.
La experiencia de Ecuador demuestra que es posible convertir al cacao en un motor económico nacional.
La República Dominicana, con un producto diferenciado y en creciente demanda, tiene en sus manos una oportunidad histórica: transformar el grano que por siglos ha sido parte de su identidad rural en un activo de carácter estratégico de su economía exportadora.
Fuente: Diario Libre
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