miércoles, junio 18, 2025
spot_img
spot_img

Editoriales

Son como el concón recalentado

En cada cambio de gobierno, hay un grupo que nunca pierde: los partidos aliados. No importa quién gane, ellos siempre encuentran la forma de aterrizar en cargos, asesorías, consulados o direcciones generales. Son expertos en cambiar de camiseta, reciclar discursos y negociar cuotas. No tienen ideología, tienen olfato. Y ese olfato siempre los lleva al poder.

Funcionan como satélites del partido de turno. Cuando huelen derrota, se despegan y giran hacia el nuevo centro de gravedad. Llegan con las manos vacías, pero con una larga lista de favores que cobrar. Aunque nunca hayan gestionado nada con éxito, siempre logran colarse por la puerta de atrás. Son como el concón recalentado del día anterior: duros, repetidos, pero ahí están otra vez en el plato.

El problema no es solo su habilidad para sobrevivir. Es que su presencia perpetúa una política basada en el reparto, no en la competencia. Cada ministerio se convierte en botín, cada dirección en moneda de cambio. Y mientras se reparten los puestos, los problemas reales del país siguen esperando.

Estos partidos aliados no construyen, se arriman. No rinden cuentas, se reciclan. Y el costo lo paga la ciudadanía, que cada cuatro años vota por un cambio y termina con más de lo mismo. Si de verdad queremos una democracia funcional, hay que cerrar la cocina donde se recalienta el mismo concón político de siempre. Porque hasta el estómago del pueblo tiene un límite.

Website |  + posts

Somos EL TESTIGO. Una forma diferente de saber lo que está pasando. Somos noticias, realidades, y todo lo que ocurre entre ambos.

Todo lo vemos, por eso vinimos aquí para contarlo.

RELACIONADAS