martes, agosto 12, 2025
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Editoriales

Colombia reabre su historia de magnicidios presidenciales tras la muerte de Miguel Uribe Turbay

El senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay falleció esta madrugada en la Fundación Santa Fe, en Bogotá, luego de más de dos meses de intervenciones y cuidados intensivos. El 7 de junio fue atacado a tiros por un menor de 15 años durante un acto de campaña; recibió tres disparos, dos de ellos en la cabeza. Fue estabilizado de urgencia y trasladado al centro médico, donde su evolución mantuvo por semanas la expectativa de un desenlace favorable. La institución confirmó hoy su deceso.

unque este hecho conmociona por sí mismo, también devuelve a Colombia a un capítulo que se ha repetido en siete ocasiones a lo largo de poco más de un siglo: el asesinato de aspirantes a la Presidencia en medio de conflictos políticos, la violencia del narcotráfico y el prolongado enfrentamiento armado interno. A continuación, un recuento breve de esos casos, en orden cronológico:

Rafael Uribe Uribe (1914). Dirigente liberal de alcance nacional. El 15 de octubre de 1914, al salir del Capitolio Nacional, junto a la Plaza de Bolívar en Bogotá, fue atacado con hachuelas por Leovigildo Galarza y Diego Carvajal. Murió horas después. El crimen ocurrió en un contexto de fuerte rivalidad entre liberales y conservadores; nunca se estableció quién ordenó el asesinato.

Jorge Eliécer Gaitán (1948). Líder liberal de masas. El 9 de abril de 1948 fue asesinado a tiros en el centro de Bogotá por Juan Roa Sierra, quien fue linchado por una multitud. El hecho desató “El Bogotazo”: una ola de disturbios y saqueos en la capital que se extendió al país y marcó el periodo de violencia bipartidista de mediados del siglo XX.

Jaime Pardo Leal (1987). Candidato presidencial de la Unión Patriótica, partido surgido del proceso de paz del gobierno de Belisario Betancur con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. El 11 de octubre de 1987, en la vereda Patio Bonito, municipio de La Mesa (Cundinamarca), hombres armados dispararon contra su vehículo. Falleció horas después en el hospital local. Había recibido amenazas y le habían sugerido salir del país.

Luis Carlos Galán Sarmiento (1989). Figura central del liberalismo colombiano y favorito en las encuestas. El 18 de agosto de 1989, durante un mitin en Soacha (Cundinamarca), fue acribillado desde la multitud. Investigaciones judiciales posteriores acreditaron una trama que combinó sicarios al servicio del narcotráfico con fallas deliberadas en su esquema de protección.

Bernardo Jaramillo Ossa (1990). Sucesor de Pardo Leal en la Unión Patriótica. El 22 de marzo de 1990, en el Puente Aéreo del Aeropuerto El Dorado de Bogotá, un joven de 16 años le disparó con una ametralladora. Este asesinato se vinculó al entrenamiento de sicarios y estructuras paramilitares.

Carlos Pizarro Leongómez (1990). Excomandante del M-19, organización que había firmado la paz y transitaba a la política legal. El 26 de abril de 1990, en un vuelo comercial un joven de 17 años lo asesinó a bordo.

Álvaro Gómez Hurtado (1995). Líder conservador, excandidato presidencial y referente de la oposición de la época. El 2 de noviembre de 1995, tras dictar clase en la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá, fue atacado a balazos y murió en el acto. En 2020, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia reconocieron su responsabilidad, reconocimiento que convive con otras hipótesis que su familia ha sostenido.

La muerte de Miguel Uribe Turbay actualiza esta secuencia y, de cara al calendario electoral colombiano, subraya la necesidad de garantías efectivas para la competencia política, de medidas de protección suficientes para candidatos y equipos, y de investigaciones que determinen responsabilidades materiales e intelectuales.

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