martes, octubre 14, 2025
spot_img
spot_img

Editoriales

En este país nadie da el "break"

En este país, nadie ayuda a nadie. Aquí no hay “ecosistema”, ni “solidaridad empresarial”, ni “oportunidades para todos”. Lo que hay es un círculo cerrado, una torre de control desde la que unos pocos deciden quién despega y quién se queda en tierra. Nadie le da el break a otro, porque cada quien cuida su parcela como si fuera un feudo. Y si alguien intenta pasar, le cierran la puerta en la cara, sin culpa ni vergüenza.

El problema no es que falten emprendedores: sobran. El problema es que el sistema fue hecho para que se queden pequeños, para que dependan de favores, para que no crezcan sin arrodillarse primero ante alguien con poder. No hay mentoría, no hay alianzas sinceras, no hay manos que empujen: hay manos que frenan. Porque aquí la “colaboración” solo existe cuando el grande gana más que el pequeño.

Los políticos son cómplices de este encierro. Les deben su carrera a los mismos empresarios que financian campañas, y a cambio blindan sus monopolios con leyes a medida. Por eso, mientras el pequeño emprendedor llena formularios, hace colas y espera respuestas que nunca llegan, el grande ya tiene el contrato firmado y el permiso sellado.

Crecer en este país no es ascender, es romper. No es subir por escalera, es tirar abajo la puerta. Lo entendió John Gotti cuando mató a Paul Castellano: en un sistema cerrado, el que quiere subir no pide permiso, toma su espacio. Cínico, brutal, pero real.

Y así mismo funciona aquí: el que no rompe, se queda abajo. Porque este no es un país donde se abren caminos; es un país donde se cierran oportunidades. Donde el talento no se impulsa, se aplasta. Donde el break nunca llega… porque nadie lo quiere dar.

Website |  + posts

Somos EL TESTIGO. Una forma diferente de saber lo que está pasando. Somos noticias, realidades, y todo lo que ocurre entre ambos.

Todo lo vemos, por eso vinimos aquí para contarlo.

RELACIONADAS