viernes, junio 20, 2025
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Editoriales

Productores de Dajabón denuncian pérdidas en cosechas de mango

La dulce promesa del mango se ha tornado en una amarga tragedia para decenas de productores de la provincia Dajabón

En los municipios de Loma de Cabrera, Partido, Restauración, Capotillo y la cabecera provincial, toneladas de esta fruta tropical se están perdiendo. 

“No hay compradores, no hay salida, solo desesperación”, expresa Manuel Contreras, del municipio de Restauración.

"¡Los mangos se están pudriendo en los palos y en el suelo! No tenemos a quién vendérselos", dijo con impotencia Enelcido González, de la comunidad fronteriza La Peñita; aseguró que, esta temporada debía traducirse en sustento para cientos de familias y está colapsando ante la indiferencia del comercio y del Estado.

Ofrecen un peso por unidad

Durante años, empresas procesadoras adquirían mangos para elaborar jugos, helados y otros productos, muchos de ellos destinados al desayuno escolar. Esa demanda ya no existe. Los compradores informales que antes recorrían los campos en camiones, recogiendo la fruta para llevarla a las grandes ciudades, han desaparecido también.

  • Ahora, los pocos que se atreven a ofertar por los frutos lo hacen con propuestas insultantes: un peso por unidad; una cantidad que ni siquiera cubre el costo de recogerlos.

“Con eso no se paga ni al que sube al árbol”, lamentó un productor de Restauración, con los ojos llenos de rabia y frustración.

Promesas secas como la tierra

Los productores recuerdan con indignación promesas pasadas de los políticos locales, quienes prometieron hace años gestionar una planta procesadora de frutas que permitiría dar valor agregado a la producción de mango. Pero esa promesa, como tantas otras, murió en el olvido.

Doña Ana, oriunda de la comunidad Capotillo, expresa que “no es justo que año tras año tengamos que ver cómo se pierden los frutos de nuestro trabajo, mientras los políticos vienen aquí solo a buscar votos y se van sin dejar nada”.

Esta situación afecta no solo a los agricultores, sino también a cientos de jornaleros que cada año encuentran en la cosecha del mango una fuente temporal de empleo. La falta de mercado no solo deja pérdidas económicas, sino hambre en muchas casas.

 Un clamor al gobierno

Los afectados hacen un llamado urgente al gobierno dominicano, al Ministerio de Agricultura y al Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (Inabie), para que se reactive el mercado institucional, se promueva la industrialización del mango local y se generen políticas reales de comercialización.

“Producimos alimento, generamos empleos queremos trabajar, los que vivimos en la frontera no tenemos ayuda de nadie y necesitamos que el gobierno nos mire, que no nos dejen solos”, concluyó Emmanuel Jiménez, uno de los líderes agrícolas de Capotillo.

Mientras tanto, bajo el inclemente sol de Dajabón, miles de mangos siguen cayendo al suelo, sin que nadie los recoja.

Fuente: Diario Libre

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