En una entrevista a Roberto Musso, el vocalista de la banda uruguaya El Cuarteto De Nos dijo que para hacer la letra de Yendo a la casa de Damian utilizó una tabla de Excel.
Indicó que iba colocando en las columnas de la matriz algunas palabras que pudieran encajar con el contenido de las estrofas que realizaba.
De entrada, suena como un método frío y poco artístico para crear. Existe esa idea instalada de que las buenas piezas artísticas surgen de la inspiración o el soplo místico de alguna criatura fuera de lo terrenal.
Sin embargo, para un ingeniero, como Roberto, utilizar una matriz para organizar las ideas es lo más natural del mundo. Y el resultado de esa canción, sumado al éxito que tuvo en Suramérica, demuestra que la metodología funciona.
Safari, de DKano
Esta anécdota viene a cuento porque otro ingeniero, DKano, publicó un álbum que pareciera haber sido hecho siguiendo un método similar. Safari estuvo disponible en las plataformas digitales desde el 22 de junio del año pasado, y desde la letra de la canción que da título al álbum se indica cuál es el contenido:
“El rap es un videojuego y vengo de Atary,
Todavía sigo aquí,
Prendiendo el party,
Criado entre las fieras, cazando con animales,
Cuando cuento mis historias, les estoy dando un safari”.
Antes de continuar, quizá convenga echarle un vistazo a la idea de los esquemas, para no caer en la trampa de la inspiración.
Esquemas de inspiración
La profesora canadiense de la Columbia British University, Nancy Lee, en su curso How to write a novel, señala que a veces se cree que un esquema limita la creatividad. Los nuevos autores consideran que lo mejor es poner por escrito todo lo que se les vaya ocurriendo hasta completar su novela.
Lee, por el contrario, dice que al hacer un esquema en el que se indiquen los momentos importantes de la historia, el viaje que hará el personaje y hacia dónde se dirigen los eventos de la trama, el momento de la creatividad será mucho más potente.
En su forma de entenderlo, si tienes previsto las partes engorrosas de la creación –la estructura y esos detalles globales—entonces puedes concentrarte en crear, siguiendo un rumbo más claro, sin miedo a encharcarte.
Safari da la impresión de que fue un álbum pensado de este modo: primero, tiene tres capas de lectura. Segundo, los elementos de cada canción son consistentes entre sí. Y finalmente, cada tema contiene sentido por separado.

La primera gran lectura se encuentra en el tema principal. Safari funciona como una exposición del credo personal del MC llamado DKano -el personaje, no la persona-.
Y a lo largo de los temas, está intentando exponer esa visión con piezas que comparten el mismo estribillo y agregan un par de estrofas o barras adicionales en cada versión.
A la vez, estos temas, que pueden funcionar también como interludios, tienen instrumentales diferentes, hasta que desembocan en el último track del álbum, donde Safari es una canción completa, que reúne todos esos fragmentos dejados atrás. Ahora, la letra está sobre la base más clásica del rap duro, a un tempo significativamente más rápido.
Para fines poéticos la parte del tempo tiene importancia porque también posee un sentido narratológico en este álbum. Aquí la velocidad coincide con auto confianza y con liberación.
Bajo esta sombrilla se encuentran otros temas que sirven como líneas argumentales adicionales. Check Check, que hace referencia a las típicas pruebas de sonido que se hacían en los parties de raperos a finales de los 90 y principios de los 2000. Luego, Tardanza, que comienza haciendo un auto retrato de DKano como contradicción aparente:
“De la calle pa’ la escuela
Así es como las puertas abren,
Yo soy de los pocos gretis que asiste a reunión de padres”.
En esta canción aparece el que, para mí, es el elemento más atractivo y original del álbum. Hay dos individuos hablando como si fueran sparring del que canta.
A lo largo del álbum harán distintos tipos de comentarios como: “Déjalo solo, no te metas”, “No lo ayudes”.
Y en ocasiones llegarán incluso a burlarse del cantante, al insinuar que está perdiendo el tiempo con canciones que no se van a pegar. Las voces aparecen como personificaciones de sus propios miedos, pensamientos intrusivos, complejos y las preguntas que el mismo DKano se hace.
Es decir, a la vez que canta sobre el instrumental con letras cargadas de antítesis, retruécanos, metáforas, hay dos voces animándolo y desincentivándolo al mismo tiempo. Estos dos personajes forman un vaso comunicante entre el contenido de las letras, la interpretación del MC y su dimensión emocional.
Al llegar a la canción Confety, mientras DKano habla de su carro viejo, de buscar la hija al colegio o compartir un picapollo, las voces están reprochándole lo que dice. Y a mitad de canción, el MC se desespera y dice “Cállate”. Ahí la música se pausa, las voces desaparecen y él sigue cantando.
Por eso, a diferencia de otros raps de los locales, en este álbum la música es importante. Aquí no se trata únicamente de un rapero dominando el instrumental, más bien, la música forma parte del cuerpo narrativo o poético.
Entonces llega Safari II, el primer interludio. A continuación DKano introduce una canción que funciona como artefacto historiográfico del Hip-Hop en la República Dominicana y como refuerzo de sus posturas de denuncia social: Ahí.
“El gantel no habla de un tema que no le sume,
Se mete en lo que conoce, no lo que asume,
Yo sé a qué huelen los parties, ese perfume,
La planta que se consume, Wo-tang a todo volumen”.
Con ese contexto, DKano cuenta que antes de que existiera un movimiento urbano como el que existe hoy en el país, ya él estaba ahí. Habla de momentos como La Juntiña, Dominican Hip-Hop, la cancha de Cansino -SantoDomingo Este- o eventos en lugares como la discoteca Makumba y Losmina.
Menciona a figuras que hoy forman parte de muchas leyendas en torno al rap dominicano: Lobo, Willy G, LR (Ley del Rap), Perfecto Clan o el grupo del Complot Record.
Sólo esa canción basta para armar una breve historia de los orígenes del movimiento urbano del país. Pero, lo importante de que esté en el álbum es que forma parte íntegra del recorrido que anunció en sus primeras barras: “Cuando cuento mis historias les estoy dando un safari”.
Quién es DKano
En varias entrevistas, DKano ha dicho que viene de Maquiteria. En conversaciones con Brea Frank, El Mañanero, El Meneo de Correa ha indicado que ha hecho un esfuerzo por mantener su carrera de ingeniero en sistemas a la vez que asume compromisos como padre de familia.
E insiste bastante, tanto en alocuciones públicas como en sus discos, en que posee una mezcla de calle y literatura. Esto evoca ese verso del rapero español, Nach, cuando dice: “Es que tengo dos maestros, señor libro y señor calle”.
DKano continuamente indica que parte de lo que lo separa de otros exponentes es que él sí posee estudios superiores y que dedica tiempo a los libros. Obviamente, esto es notorio en las estructuras de sus letras.
A nivel de recursos, la enumeración y los juegos de palabra mediante aliteraciones funcionan casi como una firma distintiva.
Hay en las letras de DKano, prácticamente en toda su discografía, un tufo a superioridad moral y a superación personal.
Pero, por encima de esa pequeña tara, su trabajo resalta hasta el punto de que, puede decirse que hoy por hoy, él es el mejor rapero dominicano, visto desde el punto de vista de la escritura.
Habrá quienes dirán que otros hacen más números. Pero como este no es un análisis de numerología ni aritmética, sino de poética, esa es otra conversación.
Lápiz Consciente, Joa, Melimel, Acento, TYS y un largo grupo de raperos tienen muy buena letra y trabajos duros.Sin embargo, el único que juega de forma natural con piezas conceptuales, como Safari o Habrá esperanza, es DKano.
Sinfín, Nómico, Locorrecto, Metáforus han hecho trabajos profundos. LR tiene mucha calidad de liricista, pero, en cuanto a la destreza de trabajar sobre la base de estructuras pensadas, con un sentido estético, más allá de la rima fácil, DKano es el referente.
Fuente: Diario Libre
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