A abril de 2025, la deuda pública consolidada de la República Dominicana alcanzó los 77,634.9 millones de dólares, de los cuales 61,340.5 millones corresponden al sector público no financiero (SPNF) y 16,294.5 millones al Banco Central. Dividido entre la población total, la deuda por habitante representa aproximadamente 7,191.3 dólares, un aumento del 435.5 % respecto a 2005, cuando la deuda per cápita era de 1,342.9 dólares. En apenas 20 años, la carga individual de la deuda se ha incrementado en 5,848.4 dólares.
Este crecimiento acelerado de la deuda es el resultado de una dinámica fiscal marcada por déficits persistentes. Desde el año 2001, el Gobierno ha gastado sistemáticamente más de lo que recauda, y ha cubierto esa diferencia con endeudamiento. Exceptuando el 2007, los déficits han sido constantes.
Los déficits fiscales también han incidido en la capacidad del Gobierno Central de poder transferir recursos para la reducción de los pasivos del Banco Central de la República Dominicana. En consecuencia, ese componente de la deuda se ha mantenido en aumento.

La causa principal del endeudamiento del sector público no financiero no se ha debido a la caída en los ingresos, sino al aumento del gasto público por encima de las recaudaciones. En contexto, entre 1990 y 2024 los ingresos del Gobierno dominicano crecieron 2,528 %, pasando de 774.1 millones a 20,346.6 millones de dólares, lo que equivale a un ingreso 26 veces mayor. Sin embargo, el gasto público aumentó aún más: 2,829 %, al pasar de 829.1 millones a 24,283.6 millones de dólares en el mismo período, es decir, el gasto fue 29 veces mayor.
Lo anterior resume una dinámica que aplica para un Estado, un hogar o una empresa: el ingreso puede ser 26 veces superior, pero si el gasto se multiplica 29 veces en el mismo periodo no será posible cuadrar las cuentas. Gastar por encima de las posibilidades financieras es la vía al endeudamiento continuo.
Una de las consecuencias más visibles es el peso creciente de los intereses de la deuda sobre los ingresos tributarios. Según el Presupuesto General del Estado de 2025, el 28.8 % de estos ingresos se destinarían al pago de intereses de la deuda. Es decir, por cada 100 pesos recaudados, casi 29 pesos fueron consignados para cubrir intereses. Cuanto más elevado es este indicador, peor es la percepción sobre la sostenibilidad de la deuda por parte de algunos inversionistas.
La solución al tema de la deuda pública dominicana depende de una transformación fiscal con dos pilares claros.
El primero: una modificación tributaria que simplifique el sistema actual, reduzca tasas, elimine distorsiones, y amplíe bases imponibles. Así se puede crear mejores condiciones para aumentar la productividad de la economía, reducir la evasión y elusión, y disminuir la informalidad. El segundo: reglas fiscales para lograr superávits fiscales mediante el control del gasto público.
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Una colaboración del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees).
Fuente: Diario Libre
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