Hace cincuenta años que se estrenó “Jaws” y el cine cambió para siempre. Lo que inició como una simple adaptación de una novela de tiburones, se convirtió en un fenómeno cultural que alteró la manera de producir, distribuir y consumir películas para siempre.
Estrenada el 20 de junio de 1975, “Jaws”, conocida como “Tiburón” en Hispanoamérica, no solo impulsó la carrera de Steven Spielberg, sino que instauró el modelo del blockbuster de verano. Medio siglo después de su estreno, su legado sigue intacto: sigue asustando, emocionando e inspirando tanto al público como a los creadores cinematográficos.
El nacimiento del blockbuster
En los años 70, el verano era considerado un desierto cinematográfico; ya que la mayoría de los estrenos importantes se realizaban en otras temporadas. Sin embargo, “Jaws” cambió radicalmente esta lógica.
Aunque su estreno originalmente se planeó para la Navidad de 1974, su rodaje, lleno de retrasos técnicos y problemas con el tiburón mecánico, hizo necesario que se pospusiera hasta junio de 1975. Fue entonces cuando el mundo presenció el nacimiento del llamado “blockbuster veraniego”.
En su primer fin de semana recaudó 7 millones de dólares y superó los 100 millones en menos de dos meses. Eventualmente alcanzó los 476.5 millones a nivel mundial, siendo la película más taquillera de su tiempo hasta que “Star Wars” le arrebató el trono en 1977.
Un detalle importante que contribuyó a su éxito es que contó con una distribución masiva sin precedentes (más de 400 cines) y una intensa campaña televisiva nacional, algo innovador en la época.

Una historia que muerde desde el inicio
La trama de “Jaws” es directa y simple, pero poderosa. En la pequeña y turística Isla Amity, el jefe de policía Martin Brody (Roy Scheider) se enfrenta a la amenaza de un enorme tiburón blanco que aterroriza las playas.
Junto con un oceanógrafo (Richard Dreyfuss) y un rudo cazador de tiburones (Robert Shaw), emprende una misión para cazar a la bestia marina. La fórmula del filme de Spielberg combina suspenso, acción, drama y humor de manera tan efectiva que su estructura ha sido imitada constantemente por generaciones.
Más allá del guion, reescrito en varias ocasiones por Peter Benchley y Carl Gottlieb, la película es un triunfo visual y narrativo porque supo transformar sus limitaciones técnicas (el tiburón funcionaba mal) en virtudes creativas.
Spielberg optó por mostrar lo mínimo al depredador y construir el miedo a través de sugerencias: una técnica perfeccionada por Alfred Hitchcock.

John Williams y el terror en dos notas
Una gran parte del impacto de “Jaws” proviene de su inolvidable banda sonora, compuesta por John Williams. Con apenas dos notas alternadas, logró una tensión omnipresente, insinuando la presencia del tiburón incluso cuando no se le veía.
Este recurso se convirtió en un ícono sonoro del cine de suspenso. Esta partitura le ganó el Óscar a Williams y fue reconocida como la sexta mejor de la historia por el American Film Institute.
Incluso Spielberg reconoció que, sin la música de Williams, la película habría tenido la mitad del impacto. De hecho, Williams dirigía la orquesta durante los Premios Óscar de 1976 y tuvo que correr al escenario a recibir su estatuilla, para luego regresar a su puesto.

Una producción desafiante que hizo historia
Filmada en Martha’s Vineyard, Massachusetts, “Jaws” fue la primera película importante filmada en el océano.
El rodaje se extendió de 52 a 155 días y enfrentó todo tipo de desafíos técnicos y personales: desde tiburones que se hundían, disputas entre actores (como fue el caso de Shaw y Dreyfuss), hasta un director que huía de un motín inminente del equipo.
En la versión final de la película el infame tiburón mecánico, apodado "Bruce" en honor al abogado de Spielberg, apareció solo 4 minutos en pantalla. Aun así, fue suficiente. Gracias a esa ausencia forzada, Spielberg logró crear una atmósfera de amenaza constante, una presencia latente que se siente más de lo que se ve.

Una frase inmortal y un villano sin rostro
"Vas a necesitar un barco más grande", una frase improvisada por Roy Scheider que se convirtió en una de las líneas más icónicas de la historia del cine.
Algo similar ocurrió con el tiburón, ya que figura en el puesto 18 de los mejores villanos del cine según el AFI, a pesar de su limitada aparición en esscena.
El éxito de “Jaws” no solo se midió en cifras. Ganó tres Premios Óscar (Mejor Montaje, Sonido y Banda Sonora), fue nominada a Mejor Película y recibió elogios unánimes.
Además, fue seleccionada por la Biblioteca del Congreso para su preservación, y ocupa puestos destacados en casi todas las listas de mejores filmes de todos los tiempos.

Legado y celebraciones por el 50 aniversario
Cinco décadas después, “Jaws” sigue siendo un referente del cine moderno. Su impacto es tan profundo que cada verano aún provoca cautela en algunas playas, y su música se usa recurrentemente como recurso humorístico o dramático en películas y series.
Este 2025, Universal Pictures y múltiples plataformas planean celebrar su aniversario con nuevas ediciones remasterizadas, funciones especiales y retrospectivas.
Además, su influencia se extiende a secuelas (ninguna dirigida por Spielberg), imitaciones (como “Piraña”, “Deep Blue Sea” o “The Meg”), y estudios académicos que analizan su estructura, simbolismo y manejo del miedo.
“Jaws” no solo fue un éxito cinematográfico; fue una revolución cultural. Definió el concepto moderno de blockbuster, transformó la forma que se realiza el marketing en el cine y demostró que el verdadero terror puede surgir de aquello que no se muestra.
A 50 años de su estreno, se mantiene como un recuerdo constante de que a veces lo más aterrador es lo que se esconde bajo la superficie.
Fuente: Diario Libre
Somos EL TESTIGO. Una forma diferente de saber lo que está pasando. Somos noticias, realidades, y todo lo que ocurre entre ambos.
Todo lo vemos, por eso vinimos aquí para contarlo.