Las células cancerosas de un tumor pueden, en algunas ocasiones, invadir otros tejidos. Un reciente estudio revela información acerca de cómo se propagan y sugiere que la interacción entre las distintas capacidades de contracción de las células es determinante para su capacidad de migrar a otras partes del cuerpo.
Comprender cómo las células cancerosas se propagan desde un tumor primario es crucial por varias razones, una de ellas es la determinación de la agresividad de la enfermedad.
El desplazamiento de las células hacia la matriz extracelular (MEC) del tejido circundante es un paso crucial en la progresión del cáncer que está directamente relacionado con la formación de metástasis.
La matriz extracelular es una estructura tridimensional que proporciona soporte y forma a las células y tejidos del cuerpo. Entre sus funciones se incluye facilitar la unión y comunicación entre las células cercanas, y desempeña un papel fundamental en la multiplicación y movimiento celular.
Dos tipos diferentes de capacidad de contracción celular
Investigadores de la Universidad de Leipzig (Alemania) y del Instituto de Bioingeniería de Cataluña han publicado en APL Bioengineering un nuevo estudio en el cual utilizaron líneas celulares de cáncer de mama y muestras de tumores primarios de pacientes con esta enfermedad, así como de cuello de útero.
El objetivo era examinar dos tipos diferentes de capacidad de contracción celular, los cuales determinan la capacidad de contracción. Uno de ellos involucra una tensión superficial colectiva que mantiene compactos a los grupos celulares, mientras que el otro, más direccional, permite a las células adentrarse en la matriz extracelular.
El equipo se enfocó en dos parámetros: la habilidad de las células para ejercer fuerza sobre las fibras de la matriz extracelular, generando fuerzas de tracción, y en su capacidad para ejercer fuerza unas sobre otras, generando una alta tensión superficial en el tejido, explicó Eliane Blauth, de la Universidad de Leipzig (Alemania).
“Asociamos cada propiedad con diferentes mecanismos de contracción y nos preguntamos cómo se relacionan con la diseminación de las células cancerosas y la agresividad tumoral”, mencionó Blauth citada por APL Bioengineering.
El equipo descubrió que las células más agresivas ejercen más fuerza sobre la matriz extracelular que sobre sí mismas. Por el contrario, las células no invasivas muestran un comportamiento opuesto.
Estos diferentes comportamientos de tracción se atribuyen a las diversas estructuras del citoesqueleto de actina dentro de las células.
Las células invasivas utilizan principalmente fibras de actina de tensión, haces gruesos de actina que se extienden por la célula, para generar fuerzas sobre su entorno.
En cambio, las células no invasivas ejercen fuerzas a través de su corteza de actina, una red fina ubicada directamente bajo la membrana celular.
El potencial de diseminación de una célula
El estudio demostró que no es la magnitud global de estos modos de contracción, sino la interacción entre ellos lo que determina el potencial de diseminación de una célula, señala la publicación.
Los experimentos con células moderadamente invasivas mostraron que la fuerza total que ejercen sobre las fibras de la matriz extracelular es similar a la de las células no invasivas, pero aun así pueden desprendese e invadirla.
Las células no invasivas siguen manteniendo una alta capacidad de contracción cortical, lo que las mantiene unidas, mientras que en las moderadamente invasivas esta capacidad casi desaparece, "por lo que no hay mucho que las retenga a pesar de ejercer menos fuerza sobre las fibras de la matriz extracelular", explicó Blauth.
Además, la capacidad de las células para ejercer fuerza unas sobre otras y mantenerse agrupadas disminuye a medida que el tumor crece, aumentando potencialmente el riesgo de metástasis.
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