El gluten es una proteína que se encuentra principalmente en el trigo, cebada y centeno. En los últimos años, ha habido mucha controversia en torno al consumo de gluten, con muchas personas optando por dietas libres de esta proteína sin razones justificadas.
Para comprender por qué el gluten ha sido demonizado y si realmente es necesario eliminarlo de la alimentación, es esencial analizar la evidencia científica actual y sus implicaciones para la salud.
¿Por qué se ha demonizado el gluten?
La preocupación por el gluten surge principalmente a raíz del incremento en los diagnósticos de enfermedad celíaca y sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC). La enfermedad celíaca es una condición autoinmune en la que la ingestión de gluten daña el revestimiento del intestino delgado, causando una mala absorción de nutrientes.
La SGNC, menos entendida, se refiere a personas que experimentan síntomas similares a la enfermedad celíaca, pero sin el daño intestinal característico.
La popularidad de las dietas libres de gluten también ha sido influenciada por famosos y libros que aseguran que la eliminación del gluten puede conducir a la pérdida de peso y una mejor salud en general.
Para quienes padecen enfermedad celíaca, es crucial eliminar el gluten de su dieta ya que su exposición continua puede resultar en complicaciones graves como desnutrición, osteoporosis y mayor riesgo de linfoma intestinal.
La evidencia científica es clara en cuanto a que la única manera de manejar la enfermedad celíaca es a través de una dieta estrictamente libre de gluten.
Evidencia científica actual
La mayoría de la población puede consumir gluten sin problemas. Estudios indican que solo alrededor del 1% de las personas sufre de enfermedad celíaca y un 6% podría tener SGNC. Para el 93% restante, el gluten no representa un riesgo para la salud.
De hecho, los cereales que contienen gluten son una fuente importante de nutrientes como fibra, vitaminas del grupo B, hierro y magnesio.
Un estudio publicado en la revista Gastroenterology en 2020 evaluó los efectos de una dieta libre de gluten en personas sin enfermedad celíaca ni SGNC y concluyó que no hubo beneficios significativos para la salud digestiva o el bienestar general.
Además, adoptar una dieta sin gluten sin necesidad médica puede resultar en una menor ingesta de nutrientes esenciales y un aumento en el consumo de alimentos procesados libres de gluten, los cuales a menudo son ricos en azúcar y grasas saturadas.
En el caso del autismo, la teoría de que una dieta sin gluten (y sin caseína) podría mejorar los síntomas ha ganado popularidad, especialmente entre los padres de niños autistas.
No obstante, revisiones sistemáticas y meta-análisis han encontrado que la evidencia sobre este tema no es concluyente, pues hay estudios que muestran mejoras en los comportamientos gastrointestinales y conductuales, mientras que otros no encuentran efectos.
En resumen, se necesita más investigación antes de establecer recomendaciones dietéticas definitivas en el autismo u otras enfermedades como lupus o esclerosis múltiple, donde la evidencia sobre la eliminación del gluten como tratamiento es escasa.
La tendencia a evitar el gluten se debe en gran parte a la confusión y falta de comprensión sobre qué condiciones específicas requieren una dieta libre de esta proteína.
La evidencia científica actual sostiene que, salvo para quienes padecen enfermedad celíaca o posiblemente SGNC, no hay necesidad de eliminar el gluten de la alimentación, pues los alimentos que lo contienen pueden ser parte importante de una dieta balanceada y saludable.
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