martes, junio 24, 2025
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Editoriales

Madonna realiza un concierto en Rio de Janeiro como parte de una celebración especial

Madonna ofreció un espectáculo inolvidable en Rio de Janeiro donde repasó su carrera de cuatro décadas en un histórico evento que hizo vibrar a la mítica playa de Copacabana llena de espectadores.

La artista estadounidense de 65 años cerró el Celebration Tour en una noche calurosa, derrochando energía y combinando música con performance, cabaret y baile.

Pasadas las 22H30 locales, llegó al escenario de 800 m2 por una larga pasarela elevada desde el emblemático hotel Copacabana Palace, donde se hospedó desde su llegada a la ciudad el lunes.

Su interpretación de "Nothing Really Matters", un himno a la resiliencia, marcó el comienzo de una deslumbrante demostración de energía.

"¡Aquí estamos, Rio, el lugar más bonito del mundo!", saludó la diva, que emocionó al público hasta las lágrimas, que se esperaba que alcanzara 1,5 millones.

"Holiday" le permitió recordar sus comienzos, cuando llegó a Nueva York con solo 35 dólares en el bolsillo pero con un sueño.

Con numerosos cambios de escenografía y vestuario, luces espectaculares y pantallas gigantes a lo largo de la playa, Madonna demostró una vez más su capacidad infinita de innovar.

Desde el papel de colegiala con minifalda hasta la católica irreverente con su capa negra mientras luminosas cruces giraban a su alrededor en "Like a Prayer", un tema que le costó la excomunión de la Iglesia Católica.

En "Live To Tell" rindió homenaje a las víctimas del sida, incluidos Freddie Mercury y el legendario músico brasileño Cazuza.

Se sucedieron simulacros de masturbación y mandalas humanos de bailarines que emitían sensuales gemidos sobre música electrónica…

Porque la Madonna erótica tuvo un papel preponderante incluso cuando agradeció a Rio, "que ama incluso a mi 'pussy'".

Y siguió la Madonna madre, quien presentó con orgullo a su hija Mercy James mientras tocaba el piano.

Homenaje a Brasil 

El amor de la reina del pop por Brasil tuvo su momento, primero con Anitta, la reina del funk, el género nacido en las favelas cariocas.

Ambas compartieron un número como jurados de un desfile de bailarines en "Vogue", incluyendo a Estere, otra de las hijas de Madonna. Sin embargo, Anitta no cantó.

La otra invitada local, la cantante drag Pabllo Vittar, sí subió al escenario con un grupo de chicos que tocaban tambores.

Fue el turno de "Music", que Madonna interpretó mientras agitaba la bandera 'verdeamarela'.

Un final épico, con una mezcla de "Billie Jean" de Michael Jackson y "Like a Virgin", puso la cereza al pastel, con Madonna exultante y sudada, casi dos horas y media después de comenzar.

Rio revolucionado 

Helicópteros de policía, drones y hasta un zepelín surcaban el cielo, mientras decenas de yates y otras embarcaciones disfrutaban en primera fila desde el mar.

En Rio desde hace días no se hablaba de otra cosa.

El viernes llegaron los primeros fanáticos a reservar su lugar en "la pista de baile más grande del mundo", durmiendo incluso en la arena de la playa.

El flujo fue continuo el sábado, con cariocas y gente llegada del resto del país y del extranjero.

Alba y Roxy Rueda, de 48 y 46 años, viajaron desde Buenos Aires.

"Cuando cumplí nueve años, mi hermana mayor, que falleció el año pasado, me regaló el primer walkman con el cassette de 'Like a Virgin'. Desde entonces no hemos parado de escucharla", dijo Alba a la AFP.

Después de 80 presentaciones en 15 países de Europa y Norteamérica, el concierto en Rio fue el cierre perfecto de la gira Celebration, especialmente significativa tras superar una grave infección bacteriana en junio.

Desde que en 1984 el éxito "Like a Virgin" la lanzara a la escena internacional, Madonna ha lanzado un álbum cada dos o tres años y hoy es considerada una de las mayores artistas pop de todos los tiempos.

El megaconcierto, cuya producción involucró a miles de personas, costó 60 millones de dólares, 17 de ellos del caché de la artista, de acuerdo a medios locales.

Esta inversión económica por parte de Rio de Janeiro incluyó 4 millones de dólares de los 12 millones totales de la producción.

Se estima que el espectáculo aportará 60 millones de dólares a la economía local, con una ocupación hotelera excepcional para la época y cientos de restaurantes y comerciantes beneficiándose de una temporada adicional.

Pero sobre todo, saben que albergar el mayor concierto de Madonna es hacer historia. Y eso no tiene precio.

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