Nos faltan unos años todavía para llegar al 2030 y ya la ONU nos ha embarcado, – con el apoyo de nuestros gobernantes y sin consultar a la población -, en una nueva agenda globalista, que no es más que la extensión de Los Objetivos del Desarrollo Sostenible, que aún no concluye y que no concluirán como se lo habían propuesto. Me refiero a la nueva agenda globalista llamada “Pacto del Futuro” o Agenda 2045, firmada y publicada en el mes de septiembre del presente. Mi aporte a través de este artículo es, sobre todo, para motivar a los lectores a que se interesen por enterarse de qué va esta nueva agenda globalista ya que, no sólo afecta la realidad política y económica de los países, sino también la cultura, costumbres, identidad, valores y, sobre todo el aspecto religioso, específicamente el cristianismo católico y, por ende, el ataque a la Iglesia Católica. Por esto aprovechamos la ocasión para hablar de este Organismo Mundial y de sus políticas impositivas a la humanidad.
No es mi intención en este escrito hacer un análisis profundo ni nada por el estilo ya que, no es el propósito esencial del mismo. Es solo tenerlo como referencia. Tampoco me voy a detener en cada proceso y propuesta que en este Organismo se han proclamado y establecido. Más bien haré una mención de estos tratados más esenciales, sin entrar en detalles ni análisis, porque mi interés es llegar al más reciente documento aprobado en este Organismo y que lleva por título este escrito.
Antes de entrar de lleno al tema que nos atañe, es bueno que vayamos al nacimiento de este Organismo Supranacional, a lo que le dio origen. Tenemos que irnos al año de 1945, después de terminada la Segunda Guerra Mundial. Dicho Organismo fue fundado, – a la cabeza con el presidente norteamericano de ese entonces, Franklin D. Roosevelt -, con la intención de mantener la paz y la seguridad de las naciones, fomentar entre ellas las relaciones de amistad, promover el progreso social, la mejora del nivel de vida de las personas y los derechos humanos. La carta que dio origen a este Organismo fue firmada el 26 de junio de 1945, por un grupo de cincuenta países, entre ellos la República Dominicana que, de hecho, fue uno de los países fundadores de la ONU. Polonia firmará esta carta en octubre del mismo año, y aumentará el número de países a cincuenta y uno. El esquema organizativo de este Organismo consta de dos grandes estructuras: 1- la Asamblea General, y 2- el Consejo de Seguridad, compuesto por cinco países que son miembros permanentes ya que, son las naciones más poderosas del mundo y con capacidad de intervención y tienen derecho a veto. Estos países son Estados Unidos de Norteamérica, Rusia, China, Reino Unido de Inglaterra y Francia. Es bueno decir desde ahora que, en estos momentos se está hablando de aumentar ese número de países permanentes. Este punto es parte de la nueva agenda 2045. El Estado del Vaticano es miembro no de pleno derecho en la ONU, sino miembro observador; tiene voz, pero no tiene voto. Y el estado Palestino fue incorporado recientemente al mismo.
Las funciones de la ONU se pueden resumir en lo que se llaman cinco ejes: 1) mantener la paz y la seguridad internacional; 2) proteger los derechos humanos; 3) distribuir ayuda humanitaria; 4) apoyar el desarrollo sostenible, y 5) defender el derecho internacional.
Un tema muy importante y de suma trascendencia en lo que tiene que ver con este Organismo fue la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el año de 1948. Cabe resaltar de este punto que los derechos humanos son inviolables e inherentes, es decir, que nadie, ni si quiera los políticos, pueden modificar estos derechos, porque son innatos, pertenecen a todos los seres humanos por nacimiento, por el hecho de ser humano. Estos derechos son pre-políticos en el sentido de que los políticos no deben darlos por sentados en sus ciudadanos, sino descubrirlos a través de la razón humana como constitutivo del propio ser humano. También son apolíticos porque no son construcciones políticas, sino antropológicas: consecuencia de nuestra naturaleza humana. Los derechos humanos no existen porque los políticos los hayan creado. Lo que le corresponde hacer es reconocerlos y tutelarlos para su protección y promoción. La ONU cuenta con una oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos, que se encarga de promocionar y promover su protección.
P. Robert A. Brisman P.
- Estudió filosofía y teología en la Universidad Intercontinental de ciudad de México.
- Sacerdote diocesano.
- Párroco en San Juan XXIII y Vicario parroquial en San José de Calasanz.
- Director espiritual del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la Arq. De Santo Domingo.
- Capellán arquidiocesano del Apostolado Courage Latino, para el acompañamiento espiritual a católicos con atracción al mismo sexo (AMS).