Los Oklahoma City Thunder y los Indiana Pacers se jugarán este domingo el anillo en el séptimo partido de las Finales, un escenario que la NBA no vivía desde 2016.
La última vez que las Finales necesitaron un séptimo duelo para resolver un empate por 3-3 fue hace nueve años cuando los Cleveland Cavaliers de LeBron James dieron la campanada y derrotaron a domicilio a los Golden State Warriors de Stephen Curry, el primer equipo en la historia en malgastar un 3-1 en la serie por el título.
El Paycom Center de Oklahoma City acogerá este domingo a partir de las 19.00 horas (00.00 GMT del lunes) el enfrentamiento definitivo entre unos Thunder y unos Pacers que, más allá de ser dos mercados pequeños lejos de los gigantes por nombre de la liga, han regalado unas Finales apasionantes y repletas de momentos icónicos.
El canastón ganador de Tyrese Haliburton a falta de 0.3 segundos en el primer partido, los 15 puntos en el desenlace de Shai-Gilgeous Alexander en el cuarto, los 40 puntos de un sensacional Jalen Williams en el quinto, la demostración de carácter y orgullo colectivo de Indiana en el sexto con todo en contra…
Todo eso ha llevado a las tablas después de seis encuentros en unas Finales que además se han vivido con un ambiente extraordinario tanto en el Paycom Center de Oklahoma City como en el Gainbridge Fieldhouse de Indianápolis.
Precisamente, el factor cancha es una de las grandes bazas de los Thunder para conquistar el anillo, ya que en los 19 precedentes de las Finales que se decidieron en el séptimo encuentro 15 fueron a parar al local.
Primero del Oeste con el mejor balance de la liga (68-14), Oklahoma ha sido además el equipo más dominante en casa este curso (35-6 en temporada regular y 10-2 hasta ahora en 'playoff').
Los de Shai, MVP de la temporada regular, ya saben lo que es ganar esta campaña un séptimo encuentro puesto que hasta ahí les llevaron los Nuggets de Nikola Jokic en la semifinal del Oeste. Oklahoma respondió entonces aplastando a Denver por 125-93.
Primer anillo
Bajo la batuta de Mark Daigneault, los Thunder buscan el primer anillo de su historia en Oklahoma, aunque esta franquicia ganó el título de 1979 cuando estaba instalada en Seattle y competía bajo el nombre de los Supersonics.
Por su parte, los Pacers tratarán de culminar su asombrosa historia de milagros imposibles y remontadas épicas con el más difícil todavía.
Indiana, una tierra en la que el baloncesto se venera casi como una religión, nunca ha celebrado un título de la NBA pero sí cuenta con tres campeonatos de la ABA.
El enorme triunfo en el sexto encuentro cuando estaban entre la espada y la pared mantuvo con vida a unos Pacers que, a las órdenes de Rick Carlisle, siguen pendientes del estado físico de Haliburton, con problemas en el gemelo derecho pero que en el último partido sí pudo jugar y a muy buen nivel.
Los Thunder o los Pacers serán el séptimo campeón diferente en los últimos siete años de una NBA que no ha visto a una franquicia repetir título desde los Warriors de 2017 y 2018. EFE
Fuente: Diario Libre
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