martes, noviembre 4, 2025
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Editoriales

Watatah: flow, ritmo y corazón dominicano en Got Talent

Cuando Reidy Russo, mejor conocido como Watatah, subió al escenario de Dominicana’s Got Talent, el público no sabía que estaba a punto de presenciar algo más que una canción. Su presentación fue una mezcla de ritmo, nostalgia y flow dominicano.

“Esta canción es para mi vieja, que en paz descanse”, dijo antes de empezar, con una sonrisa entre nerviosa y serena.

Y entonces comenzó: “Qué bonitos recuerdos de cuando yo crecía, toda la cosa bonita que mi vieja me decía…”

La letra, sencilla y honesta, hablaba de respeto, crianza y amor. En cuestión de segundos, el público se conectó con él.

De Villa Altagracia a Washington

“Soy de Villa Altagracia, pero vivo en Washington”, contó con orgullo tras bambalinas. Su historia es la de muchos dominicanos que, entre sacrificios y esperanzas, cruzan fronteras buscando oportunidades.

“Mi vieja se fue a Venezuela y después a Estados Unidos, buscando un mejor futuro para mí y mis hermanos. Yo me fui en el 96, siendo un carajito. Y todo eso marcó quién soy”.

Watatah lleva el Caribe en la voz y en el corazón. Su acento mezcla el barrio, la calle y la nostalgia. Su presencia transmite una autenticidad que pocas veces se ve en un escenario de televisión.

“Yo soy mi color”

Cuando le preguntan por su estilo musical, no duda: “A mí me gusta hacer lo que me da la gana. La gente siempre dice: ‘haz lo que está sonando’, pero yo no me preocupo por eso. Yo digo que yo soy el color", dice.

"Hago mis inspiraciones, mi música, mi manera. No se trata de ser el mejor cantante; aquí hay unos tigres que me hicieron querer irme pa’ mi casa (ríe), pero se trata de ser real”.

Su concepto es simple y poderoso. No encaja en etiquetas ni modas. “Mi estilo se llama Guatatá. Así mismo. Yo canto lo que sea, y siempre vas a encontrar guatatá ahí”.

El viaje desde Washington a Santo Domingo no fue fácil. Pero valió la pena. “Me fue superior”, dice sonriendo. “A los jueces les gustó, el público me recibió chévere, y eso me llenó el alma”.

“En mi propuesta musical, claro. También para resolver un par de líos, porque tú sabes, todo el mundo tiene líos y chelitos que buscar. Pero sobre todo, quiero pensar bien las cosas. Si tienes un peso, tienes un problema; si consigues diez pesos, consigues diez problemas. Hay que manejarse.”

Entre risas, agrega: “Y cambiar el número de teléfono pa’ los lambones y las chapeadoras. ¡Fuera con eso! Pero en serio, se trata de crecer, de hacerlo mejor”.

La música como energía vital

Para Watatah, la música no es solo un trabajo ni un pasatiempo: “La música es una energía adyacente que me hace respirar. Sin música yo no soy nadie. Desde chiquito, cuando oigo música, me vuelvo loco. Y eso nunca cambia”.

Esa energía es la que lo impulsa a seguir creando, mezclando géneros, improvisando, y llevando su “guatatá” por donde pase. Su propuesta es tan dominicana como universal: un retrato de identidad, humor y corazón.

Antes de despedirse, lanza un mensaje que parece un consejo, pero suena más bien como una declaración de principios: “Tírate. Hazlo. Escucha una sola voz: la tuya. Olvídate del sonido, del toque, del qué dirán. Si tú crees que hay algo en ti, entrégaselo al mundo, que el mundo te está esperando”.

  • Con esa mezcla de sabiduría callejera y filosofía de vida, Watatah resume lo que lo mueve. No busca fama instantánea ni aprobación. Busca dejar una huella, honrar a su madre y representar a los suyos.

Desde el barrio hasta Washington, desde el recuerdo hasta el escenario, Watatah canta con alma dominicana y ritmo universal. Y aunque su estilo tenga nombre propio, su mensaje es de todos: autenticidad, respeto y pasión.

Fuente: Diario Libre

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