martes, marzo 18, 2025
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Reportajes

USAID en la República Dominicana: Cronología de una Controversia Geopolítica

Desde su creación en 1961, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha sido un pilar en la asistencia exterior estadounidense. Sin embargo, en 2025, bajo la administración de Donald Trump, la agencia enfrentó una serie de eventos que transformaron su estructura y operaciones, con repercusiones significativas en países como la República Dominicana. Este reportaje analiza la cronología de estos acontecimientos, su trasfondo geopolítico y el impacto en la nación caribeña, incluyendo la polémica sobre el financiamiento a periodistas dominicanos.

Cronología de los Hechos

Enero 24, 2025: Trump ordena un congelamiento casi total de la ayuda exterior, calificando a USAID de "fraude" y acusándola de promover políticas de extrema izquierda. Esta medida afecta a numerosos programas de asistencia en todo el mundo.

Enero 27, 2025: El sitio web oficial de USAID es desactivado, generando incertidumbre entre empleados y beneficiarios de sus programas.

Febrero 3, 2025: Elon Musk, designado por la administración Trump para liderar esfuerzos de eficiencia gubernamental, anuncia planes para desmantelar USAID, argumentando que es una "organización criminal" irreparable. Simultáneamente, el secretario de Estado, Marco Rubio, asume el rol de administrador interino de USAID y anuncia su fusión con el Departamento de Estado.

Febrero 6, 2025: Se informa que la plantilla de USAID se reducirá de más de 10,000 empleados a solo 294, colocando a miles en licencia administrativa. Esta decisión genera críticas y preocupaciones sobre el futuro de los programas de asistencia.

Febrero 7, 2025: Un juez federal emite una orden temporal que detiene los planes de la administración Trump de poner en licencia a miles de empleados de USAID, señalando posibles violaciones constitucionales y legales en el proceso de desmantelamiento de la agencia.

Contexto Geopolítico y el Papel del Departamento del Tesoro y la Estrategia de Poder Blando de EE.UU.

La reestructuración de USAID se enmarca en una estrategia más amplia de la administración Trump para reducir la burocracia gubernamental y alinear la asistencia exterior con los intereses nacionales. El Departamento del Tesoro ha estado involucrado en la revisión de financiamientos internacionales, buscando asegurar que los fondos se utilicen de manera eficiente y en concordancia con los objetivos estratégicos de Estados Unidos.

Uno de los principales argumentos de la administración es que USAID ha sido utilizada como una herramienta política para influir en la opinión pública y las estructuras de poder en los países receptores. No es algo nuevo para Estados Unidos utilizar a la USAID como un método de 'poder blando' en el mundo. Existen numerosas pruebas de esto en cables diplomáticos y documentos filtrados por WikiLeaks. Este enfoque ha sido particularmente evidente en el financiamiento de medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales. La actual política exterior de Estados Unidos, mucho más confrontativa desde la llegada de Trump, reflejada también en el caso Petro y los aranceles, apunta a que el cierre parcial de la USAID podría ser parte de una estrategia de presión sobre los países que reciben ayuda estadounidense, con el fin de coaccionarlos a colaborar con Washington.

Los 6,200 Periodistas Financiados por USAID

En un informe publicado en 2025, se reveló que USAID había financiado a más de 6,200 periodistas en 707 medios de comunicación en 30 países. Estos fondos se canalizaron a través de organizaciones como Internews, International Center for Journalists (ICFJ) y Freedom House, bajo el pretexto de fortalecer la libertad de prensa y la independencia periodística. Sin embargo, críticos han argumentado que este tipo de financiamiento puede sesgar la cobertura mediática en favor de intereses extranjeros.

Documentos filtrados por WikiLeaks revelaron que USAID transfirió más de 472.6 millones de dólares a la ONG Internews, una organización que, según diversas fuentes, habría promovido la censura y el control de medios en 30 países. Cabe destacar que Internews tiene presencia en República Dominicana, lo que ha despertado interrogantes sobre su rol en el país.

El Caso Dominicano: Influencia de USAID y el Rol de Participación Ciudadana

En República Dominicana, la controversia ha girado en torno a si algunos periodistas han recibido financiamiento de USAID para promover determinadas narrativas políticas. En los últimos meses, han circulado acusaciones en redes sociales que señalan a reconocidos comunicadores como Edith Febles, Marino Zapete, Huchi Lora y Altagracia Salazar como presuntos beneficiarios de estos fondos.

Sin embargo, hasta la fecha, no existen pruebas concluyentes que confirmen que estos periodistas hayan recibido dinero directamente de USAID para favorecer una agenda específica. Los mencionados han negado categóricamente estas acusaciones, señalando que se trata de intentos de desacreditarlos por su trabajo periodístico independiente.

Al mismo tiempo, se ha cuestionado el financiamiento de USAID a organizaciones como Participación Ciudadana, que entre 2015 y 2022 recibió US$10,870,000 para promover la transparencia y la democracia. Este financiamiento ha generado críticas por parte de sectores que consideran que representa una injerencia extranjera en asuntos internos del país.

Reflexión Final

La crisis de USAID bajo la administración Trump ha generado un efecto dominó que impacta directamente a República Dominicana. Sin embargo, es evidente que este tema ha sido utilizado políticamente para alimentar una narrativa selectiva sobre la influencia extranjera en el país. Se ha intentado presentar a USAID como la única agencia de cooperación internacional que financia programas en República Dominicana, cuando en realidad existen muchas otras organizaciones que cumplen funciones similares. Por ejemplo, la Cooperación Española, presente en el país desde 1973, tiene actualmente 75 programas activos y en 2024 gastó 46 millones de euros en iniciativas que abarcan educación, salud, fortalecimiento de la democracia y género, muy similares a las que financiaba USAID. A pesar de ello, no se ha visto el mismo nivel de escrutinio ni llamados a auditar su financiamiento, lo que evidencia que la indignación sobre la influencia extranjera puede estar motivada por intereses políticos más que por una preocupación real sobre la soberanía nacional.

En última instancia, la pregunta clave es: ¿cómo garantizar que la cooperación internacional beneficie a la sociedad sin que se utilice como herramienta de manipulación política?

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