Tesla puede ser una gigante de vehículos eléctricos (VE), pero su CEO, Elon Musk, ha dejado claro que la considera mucho más: una fábrica de robots revolucionarios. También ha afirmado que Tesla debería valer mucho más de lo que vale hoy: hasta 20 billones de dólares, según publicó en julio, más de cinco veces el valor actual de Nvidia.
Musk también ha dejado claro que quiere cobrar, y mucho. En noviembre, los accionistas de Tesla votarán la propuesta del consejo de administración de pagar al CEO la nada desdeñable cifra de un billón de dólares en la próxima década. El acuerdo también aumentaría la participación de Musk en Tesla del 13% a una cuarta parte. Pero Musk solo obtendría esa cifra, y el control adicional, si alcanza una serie de ambiciosos objetivos, como 20 millones de vehículos entregados, un millón de robotaxis en funcionamiento comercial y una valoración de 8.5 billones de dólares. Y también, 1 millón de robots humanoides Optimus entregados.
En una llamada con inversionistas a mediados de la semana, Musk se aferró a este último punto para hacer su argumento más amenazador a favor de una gigantesca compensación hasta la fecha: "Mi preocupación fundamental con respecto a cuánto control de voto tengo en Tesla es, si sigo adelante y construyo este enorme ejército de robots, ¿puedo ser destituido en algún momento en el futuro? Si construimos este ejército, ¿tengo al menos una fuerte influencia sobre él? No me siento cómodo construyéndolo a menos que tenga una fuerte injerencia".
Optimus, un guerrero o un excelente ayudante del hogar
En general, Musk habla del proyecto Optimus de Tesla más como una fuerza para la paz que para la guerra. Ha dicho que Optimus pondrá patas arriba el mercado laboral y liberará a la humanidad de la monotonía del trabajo. "Trabajar será opcional, como cultivar tus propias verduras, en lugar de comprarlas en la tienda", publicó esta semana. En la conferencia de inversionistas, afirmó que los robots de Tesla "crearán un mundo en el que no habrá pobreza y todo el mundo tendrá acceso a la mejor atención médica".
El CEO añade que Optimus "será un cirujano increíble": "Imagínense si todo el mundo tuviera acceso a un cirujano increíble". Para Tesla, Optimus será "un fallo de dinero infinito", dijo Musk, argumentando que todo el mundo querrá un robot humanoide que pueda hacer su trabajo por ellos.
En los eventos de Tesla, y en el Tesla Diner de Los Ángeles, se suele ver a los robots Optimus realizando tareas de servicio: sirviendo bebidas y palomitas, o entreteniendo a los visitantes bailando o jugando a piedra, papel o tijera. Más tarde se reconoció que los Optimus que participaron en un evento de Tesla en 2024 no eran totalmente autónomos, sino manejados a distancia por humanos.
Independientemente de que Optimus elija lavar la ropa o combatir adversarios, la visión de Tesla de un futuro robótico aún parece lejana. En la conferencia de inversionistas, Musk insistió en el reto que supone construir manos y antebrazos humanoides, confirmando informes anteriores según los cuales estas funciones estaban resultando especialmente difíciles de piratear para los ingenieros de Tesla. Aunque Tesla se había fijado el objetivo interno de producir 5,000 unidades de Optimus este año, The Information publicó que la empresa había reducido esos planes de producción durante el verano. El miércoles, Musk dijo que Tesla tendría listo un "prototipo con intención de producción" para febrero o marzo. De acuerdo con su información, la producción a gran escala comenzaría a finales del próximo año.
Artículo publicado originalmente en WIRED. Adaptado por Alondra Flores.
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